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Básquet

Luciano Correa, combinando exigencias entre el club y la universidad

La superación personal apoyada en el estudio como parte del éxito deportivo. De eso habló el entrenador de Ferro de San Salvador y de UTN Concordia.

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Luciano Correa ama lo que hace. Lo transmite en cada respuesta, con la misma dedicación que emprende cada proyecto deportivo en el que se viene involucrando en su trayectoria vinculada al deporte. Familia, club y educación, los tres pilares de un entrevistado que pasó por el programa radial de “3200, el código del deporte” (sábados de 10 a 12 por Oíd Mortales Radio).

El Club Deportivo Ferrocarril de San Salvador volvió a confiar en él hace un año cuando lo convocó para la Liga Provincial de Mayores y de allí a la Liga Federal, el tercer escalón del básquetbol argentino, donde fueron protagonistas de la Conferencia Litoral (fueron segundos) y finalizaron entre los 16 mejores del país (tras caer ante Presidente Derqui en octavos).

Además, es el coordinador del proyecto de básquetbol de la Facultad Regional Concordia de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), con el que compiten a nivel federado en el Torneo Local de Primera División. “Este año tuvimos que hacer un pequeño impasse porque no podíamos armar la misma estructura como para mantenernos de manera competitiva”, admitió.

A continuación, la entrevista dividida precisamente en dos partes: la exigente alta competencia con el “Ferroviario” y la experiencia federada universitaria en el equipo “Tecnológico”.

“Tenemos un compromiso con la productividad de las horas libres”

-¿Cómo se proyecta, hoy en día, el básquet a nivel profesional y amateur?

Es una combinación porque, más allá de que uno pueda estar en este momento en un escalón profesional porque la Liga Federal es el tercer escalón del básquet de Argentina, la realidad te marca de que la mayoría de los que estamos ahí, tanto jugadores como entrenadores y los dirigentes, combinamos trabajos o profesiones. Es muy importante que podamos administrar los tiempos para poder hacer un trabajo profesional.

Todos sabemos que tenemos que contemplar situaciones de trabajo extra en otra profesión y después de estudio porque ustedes saben que, cada vez que dirijo una categoría, estoy preocupado siempre por el nivel de estudio de los jugadores y cuando están en primera por la posibilidad de que lo combinen con una carrera terciaria o universitaria.

-¿Estar atrás de un jugador, conocer su historia, si trabaja, estudia, le dedica el tiempo necesario a eso para después plasmarlo dentro de un campo de juego o tal vez al revés son importantes para vos?

-Sí, me parece que depende de los valores que tenga cada uno como entrenador. Nosotros tenemos un compromiso con la productividad de las horas libres, sobre todo de los chicos. Más allá de que sea un equipo que entrena doble turno de cancha (más el gimnasio y los jugadores de la categoría U21 que también entrenan con su categoría), cuando hacemos un repaso de la cantidad de horas diarias tienen mucho tiempo libre. A mí me preocupa, en el buen sentido, que esas horas libres sean productivas.

Entonces, hoy por hoy yo te puedo decir que, de los jugadores que teníamos en el plantel, todos estudiaban o tenían una profesión y la estaban combinando con el lugar de jugador de básquet que es lo que te da también un futuro, después que se termina la etapa como jugador.

Yo no puedo tener un jugador 5 ó 6 meses y no saber qué es lo que hace en las horas libres o qué es lo que va a ser el año que viene porque, a veces, no lo vas a tener pero si llegó al equipo y no tenía algo definido yo por lo menos tengo el objetivo de que se vaya del equipo o de ese torneo con la decisión firme de estudiar una carrera y que su futuro tenga un plan a la par de ser jugador de básquet.

El “trato muy bueno” que hace la diferencia

-¿Cómo es trabajar en San Salvador formando, preparando y compitiendo con un equipo de básquet?

-Puedo hablar específicamente de lo que me toca a mí en Ferro de San Salvador: es un ambiente donde te van a tratar de primera. Ya estuve allá en la temporada 19-20 y solamente no pude seguir porque después vino la pandemia y las vueltas de la vida me llevaron por otro camino, pero cuando tuve la posibilidad y recibí el llamado de nuevo, sabía que era un lugar a donde quería volver y todo eso se confirmó con el paso del tiempo. Ese trato está para los jugadores locales, donde se le da mucho valor para que sean parte del equipo, y para los jugadores que vienen de afuera. El trato es muy bueno.

-¿Ese buen ambiente beneficia a que, cuando hay que buscar algún refuerzo o algún jugador que enriquezca el plantel, está una carta de presentación extra a la propuesta económica y deportiva?

-Sí y que prevalece incluso a veces sobre esos dos aspectos. En lo deportivo, hoy tenemos la posibilidad de llamar a un jugador y ya sabe lo que pudimos hacer en el Federal y que pudimos llegar a estar entre los 16 mejores del país, pero antes eso no estaba. Sí era un club que cada vez se va posicionando mejor a nivel provincial y, en lo económico, no estamos para competir contra los primos, como dicen allá, a los que están del otro lado de la vía como es el caso de Sportivo. Entonces, muchas veces tenemos otros aspectos para poder complementarlo que por ahí el club no puede hacer por una cuestión económica, de presupuesto.

En Ferro “la cabeza está puesta en el Prefederal”

-¿Hay Luciano Correa para rato en Ferro de San Salvador?

-Sí. De hecho, el año pasado cuando me contacta por primera vez que lo hizo Azul Román, que es de acá de Concordia, un entrenador de básquet nivel tres como yo, pero que ahora está dedicado un poco a todo lo que es el armado afuera de la cancha y es el motor ahí de toda la dirigencia nueva que tiene el club. En ese momento, ya habíamos hablado de hacer un vínculo mínimamente de un año y medio, porque los trabajos tienen que ser a mediano o a largo plazo, en lo ideal y los resultados te tienen que acompañar.

-¿Qué es lo que se viene para el “Ferroviario”?

-El torneo ya era bueno, a partir de lo que habíamos hecho en la fase regular. O sea, un poco la cabeza está puesta en el Prefederal, porque sabes que el Federal es como que lo vas a jugar con lo que podés porque los costos son muy altos, porque el formato no te ayuda y porque, aunque te vaya bien, no terminás disfrutando el torneo. Así y todo, los clubes quieren estar. Es una realidad complicada la que tenemos hoy en el básquet a nivel nacional. Obviamente, todos buscábamos el ascenso el año pasado. pero lográs el ascenso y después te empezás a encontrar con los valores que tiene jugar una competencia, que ni siquiera podés mantener la categoría.

Nosotros, con el torneo que hicimos tendríamos que quedarnos en la tercera categoría a nivel nacional. Esa lógica hoy en el básquet argentino lamentablemente no está. Está en Liga Argentina y Liga Nacional. Pero no está más en el tercer escalón. La lógica que el fútbol tiene en todas sus categorías.

-¿Qué consiguió el equipo que hoy dirigís tras haberse finalizado entre los 16 mejores?

-Tenemos un reconocimiento ganado a nivel nacional. Ano de los periodistas de referencia que sigue el torneo que es Facundo López, de La Pampa, cuando le hace una nota al base titular nuestro, a José Luis Melchiori, lo primero que dice él es que nosotros jugamos un Federal todo el año porque, al jugar entre los equipos entrerrianos, es como que todo el año estás jugando por lo competitivo que es. Yo no lo había pensado a eso y cuando lo escuché dije: ‘claro, nosotros estamos jugando con esos presupuestos todo el año’, cuando otros equipos tienen un presupuesto más bajo a nivel regional y después lo aumentan para el Federal. Acá sí lo económico y más que nada el formato de la competencia y la entidad que lo rige es como que todo el tiempo te están minando el camino.

El básquet universitario, entre el estancamiento y el retroceso

-¿Cómo ves el básquet universitario?

-Ahora, estamos en un momento de retroceso. Mínimamente, estancamiento y quizás de retroceso después de un movimiento muy importante que hubo a nivel nacional hasta la participación de Argentina en los Juegos Olímpicos Universitarios. Cuando se empezó a generar todo el movimiento de los JUR (Juegos Universitarios Regionales), los JUAR (Juegos Universitarios Argentinos), todos los torneos que había a nivel nacional, las selecciones que participaban en los Juegos Olímpicos Universitarios, pero hoy la realidad del presupuesto universitario y el perfil que tiene el gobierno actual con respecto a la educación pública, a la universidad pública gratuita, conspira directamente contra eso. No se ha podido avanzar más.

A nivel regional, habíamos avanzado mucho porque habíamos llegado a jugar en primera local federada. Este año tuvimos que hacer un pequeño impasse porque no podíamos armar la misma estructura como para mantenernos de manera competitiva. Justo se me fueron cuatro jugadores y aprovecho para para felicitarlos porque salieron campeones con Capuchinos en el torneo asociativo.

Teníamos a los hermanos Mauricio y Agustín Pérez, que pasaron por estudios por la universidad, Mariano Pastor, ingeniero civil y estaba Fernando Díaz Vélez como refuerzo del proyecto. Ellos cuatro eran parte de un equipo que, a nivel federado, llegó en cuatro torneos a semifinales, cuatro semifinales consecutivas. Habíamos puesto al deporte universitario, en este caso a la UTN Concordia, en un lugar importante.

“Las universidades tendrían que insertarse en el deporte federado”

-¿Qué rumbo debieran tener el deporte universitario?

Yo creo que todas las universidades tendrían que ir camino a insertarse en el deporte federado, porque al final los deportistas que representan a las universidades, muchos con la posibilidad de disfrutar lo que es la ley de doble carrera, vienen de los clubes. Me parece que eso es algo que a nivel país no lo tenemos, que uno por ahí mira hacia Estados Unidos y el movimiento del deporte universitario es impresionante, es enorme.

-¿Es un modelo replicable acá o no?

Creo que es un modelo adaptable. Me parece que se pueden hacer adaptaciones porque hay algunas cosas que sí las podemos replicar, pero más que nada que las universidades le den la posibilidad a los chicos de poder seguir en el ámbito federado cuando entran a estudiar a la universidad. Es totalmente diferente a lo que hablábamos con respecto a la Liga Federal, porque jugar a nivel local es posible con un presupuesto alcanzable.

Realmente se puede armar. Lo teníamos en una combinación en la cual la Facultad lo que invertía era el alquiler del club, porque la UTN en este caso no tiene gimnasio propio, obviamente el lugar del entrenador que yo tengo la posibilidad de estar en planta permanente de la facultad y después los viajes con la combi.

Después, el equipo era autosustentable en la combinación de lo que podíamos generar de eventos que realizábamos con los jugadores. Sponsor que siempre tenemos empresas que están vinculadas a la vida de la UTN y después durante el mismo torneo con la recaudación de los partidos. En el caso de lo que es Asociativo e Interasociativo, que es lo que nosotros hemos jugado con la UTN, se puede hacer tranquilamente.

-¿Qué puede conseguirse con eso?

-A los chicos les genera la motivación de seguir siendo jugadores. Lo que veía siempre era como un castigo: entraban a la universidad y no podían jugar más en los clubes porque te chocan los horarios de cursado. Más que nada por eso, porque no podían ir a entrenar a los clubes. Entonces nosotros tenemos otro régimen, otro horario, o sea, más que nada es otro turno de entrenamiento, entonces ellos pueden seguir jugando al básquet y estudiar.

Además, hay algunos chicos que tienen beca por jugar en el equipo de básquet, eso la UTN lo tiene y me parece que te abre puertas siempre en la conexión con otros profesionales, porque nosotros tenemos chicos que, a partir de la conexión con estos cuatro jugadores que yo les nombré, consiguieron su primer trabajo.

Las categorías formativas, en primera, todo lo que el jugador hace en el día a día es lo que después va a hacer también como profesional el día de mañana en el ámbito laboral. Por eso para mí sí tiene mucha importancia y se puede, a este nivel, tranquilamente conseguir un presupuesto para jugar.