Hockey
Los hermanos sean unidos, en la vida y en el deporte
De practicar en el patio de su casa, a participar de un panamericano con la celeste y blanca.

Marina, Adriana y Mónica Castaño son tres hermanas unidas no sólo por los lazos familiares, sino también por su pasión inquebrantable por el hockey. Desde que eran niñas, su vida giró en torno a este deporte, y hoy, luego de años de esfuerzo, sacrificio y amor por lo que hacen, están a punto de vivir un sueño: representar a Argentina en un Panamericano. “3200, el código del deporte”, tuvo la oportunidad de dialogar con dos de ellas para conocer más detalles de la gran noticia.
El origen de una historia deportiva
La historia comienza con Blanca, la mayor de cinco hermanas, quien dio los primeros pasos en el hockey en el Club Salto Grande. A través de ella, las demás comenzaron a interesarse por el deporte: “nuestras tardes en casa eran hockey. Terminábamos las tareas y nos íbamos al patio del costado. Blanca nos mostraba los gestos y así jugábamos”, comentó la más chica de las seleccionadas.
Marina, la cuarta de las cinco hermanas, empezó en el polideportivo en el año 2000 y luego migró al club que, desde entonces, la vió crecer. Hoy en día, es profesora de educación física, entrenadora de hockey y vive en Federación. “Cuando me fui a vivir allá se me hizo más cuesta arriba. Venía tres veces en la semana a entrenar y trabajar en Salto Grande, pero después que nació mi primera hija dejé de hacer ese sacrificio”.

El caso de Adriana, de 41 años, que también vive en Federación, fue algo diferente: “juego hace más de 15 años. Arranqué deportivamente desde temprana edad, pero mi paso por el hockey no fue continuo como el de mis hermanas, dejé de realizar este deporte durante un largo período, no me llamaba mucho la atención “jugar al hockey”. Yo no recuerdo, pero mis hermanas me contaron que dejé de jugar porque me pegaron un bochazo, y eso me dió miedo”, comentó entre risas y continuó: “mis inicios fueron en el Club Salto Grande, institución a la cual representé durante varios años en regionales y campeonatos. Siempre agradecida por haberme dado esa oportunidad”.
“Cuando hay pasión por un deporte, no importan los colores que representes”
A lo largo de su carrera deportiva, las hermanas Castaño tuvieron la oportunidad de representar la camiseta de más de un equipo. Así fue que pasaron por varios clubes de la provincia, siempre jugando con la misma garra que moviliza sus corazones: “yo creo que cuando hay pasión por un deporte, no importan los colores que representes”, exclamó Adriana quien, el año pasado, viajó a Chaco con el seleccionado de Entre Ríos, categoría +35: “es un torneo muy competitivo e intenso, ya que reúne seleccionados de diferentes provincias integrados por jugadoras de primera (mayores de 35) y jugadoras de años de hockey, con mucha experiencia”.

Todo esfuerzo tiene su recompensa
Hoy, después de años de sacrificios, estas tres hermanas están a punto de vivir una de las experiencias más emocionantes de su vida: jugar en un torneo panamericano de hockey. “Nos comentaron de una preselección de jugadoras para conformar el Seleccionado Nacional Máster en diferentes categorías. Este tipo de noticias te motivan mucho más, es por eso que participamos de dichos entrenamientos de preselección, y en enero de este año, recibimos un mensaje de la presidenta del NEA Máster de que habíamos sido elegidas para conformar el Seleccionado Nacional Máster+35”.
El orgullo de vestir la celeste y blanca
“¡No lo podía creer, tengo tanta felicidad, sería pasar de ver un panamericano en la tele, a vivirlo en vivo y en directo! Ser partícipe de un torneo de gran magnitud y, sumado a todo eso, el vestir la camiseta de mí país querido, es lo más lindo que me pudo haber pasado en mí vida deportiva. Además, esta hermosa experiencia la voy a vivir junto con dos de mis hermanas, una más para anotar en nuestro ‘camino del hockey’”, dijo con emoción Adriana.
Por su parte, Marina aseguró: “la noticia de participar en un panamericano con los colores más lindos, después del nacimiento de mis hijos, es la mejor de las noticias que pude tener. Es a lo máximo que podemos llegar hoy en día con los años que tenemos y es un objetivo súper importante para mí cómo deportista”.
Entre todos es más fácil
Como toda carrera deportiva, viajar y participar de las diferentes competencias supone un importante gasto económico que afrontar. “Mantener la carrera hockística siempre fue de mucho esfuerzo. Hacíamos beneficios para poder viajar. Las tres sabemos el sacrificio que se debe hacer, económica y deportivamente, lo hemos hecho siempre”, aseguraron las hermanas. Así, es que para costear el viaje al torneo panamericano, las jugadoras realizarán diferentes beneficios a lo largo del año. Lo más próximo será una venta de locro y pasteles el 1 de mayo: “invitamos a aquellos que quieran colaborar, en las ventas o mediante sponsors. Serán bienvenidos y les estaremos agradecidas siempre”.
Con el sueño a punto de cumplirse, Marina, Adriana y Mónica son un claro ejemplo de lo que significa la perseverancia, el sacrificio y la pasión por el deporte, y han demostrado que los sueños, cuando se persiguen con el corazón, se hacen realidad.