Powerlifting
Avanti morocha
A fuerza de “una determinación increíble”, Fátima Ruíz Díaz va por más. Ella y su entrenador, entrevistados por 3200.

El powerlifting es un deporte de fuerza máxima, que consiste en la realización de tres ejercicios básicos que son la sentadilla, el press de banca y el peso muerto. Fátima Ruíz Díaz, que representó al país en el Mundial del año pasado en Brasil, y su entrenador Facundo Ledesma dialogaron con “3200, el código del deporte”.
Durante la competencia de esta disciplina, los atletas tienen 3 intentos por ejercicios para tratar de levantar la mayor cantidad de kilos posibles, en una sola repetición. Al final, se suman los mejores levantamientos válidos, de cada ejercicio, para obtener un total y definir quién es el ganador de cada categoría (según peso corporal, edad y género de los competidores).
Ir a competir
“El trabajo se hace durante la preparación y, los días previos, son para descansar y prepararse mentalmente para lo que conlleva una competencia”, explicó el entrenador en el inicio de la charla durante el programa radial (sábados de 10 a 12 por FM 88.7).
A su turno, Fátima Ruíz Díaz dijo: “estamos muy cansados porque hay poca improvisación y, en mi caso que trabajo un montón, él se encarga de hacer la adaptación. Es inflexible y cuando llega la parte del 90% uno sabe que va a sufrir al gimnasio, pero es un sufrimiento que dará sus frutos en competencia”.

Ambos hablan del Campeonato Nacional que tendrá lugar este fin de semana, en Villa María, Córdoba. Es una instancia clasificatoria al Sudamericano y la concordiense tiene en claro cuál es su objetivo: “la expectativa es siempre ir bien arriba. Avanti”, dijo y habló de cómo trabaja para mejorar sus marcas respecto al nacional de 2023.
“Ahora peso 54 kilos aproximadamente y, pesando 53 el año pasado, levanté 137 kilos de peso muerto, en el Mundial, 57 en el banco y de sentadillas 100 kilos. Ahora vamos con un poquito más”, reiteró en la continuidad de la entrevista que puede repasarse ingresando a @3200deportes en Youtube.

A continuación, remarcó: “siempre queremos un poco más y el sábado se viene con todo”, sobre la jornada en que competirá en tierras cordobesas. ¿Estás en condiciones de superarte respecto al Nacional pasado?, fue la pregunta a la que respondió: “sí, es lo que tengo que hacer. No queda otra, no puedo bajar la marca. La cabeza está puesta en ir por más kilos”, dijo y explicó: “en banco aspiro a 3, 4 kilos más que es poquito, pero no saben lo que cuesta. En sentadillas tengo pensado 105 que son 5 más que el año pasado y hay que trabajar duro para superarlo”.
Prepararse para entrenar y entrenarse
Pese a sus jóvenes 23 años, Ledesma habla con la madurez que da estar en contacto con el deporte desde su infancia cuando empezó haciendo gimnasia artística en el gimnasio “Azarian” que conduce el entrenador Guillermo Avio. El punto de inflexión lo tuvo a los 17 años, cuando sufrió una fractura.

“Estuve 3 meses y medio con yeso y 3 meses y medio de rehabilitación así que indagué muchísimo para volver a entrenar y volver a hacerlo de la forma más eficiente posible”, recordó y marcó que, en plena adolescencia, entonces, “empecé a viajar a Buenos Aires para hacer mi primer curso de personal trainner y empecé a aplicar todo lo que aprendía. Todo”.
“Obviamente empecé a mejor tanto físicamente como a nivel de rendimiento y conocí el powerlifting. Descubrí que estaba más o menos cerca de los récords y, año a año, fui compitiendo y en cada torneo siempre estuve al borde, con los récords en las manos y eso me fue obligando a superarme, a ganar experiencia”.
Indefectiblemente, entonces, “empecé a entrenar gente, armamos un equipo, fuimos a competir a nivel nacional y mundial. Evidentemente, en todo el trayecto hubo una gran parte teórica para aplicarla en mí y en mis atletas”.

Fátima es una de ellas, que también llegó al deporte luego de haber practicado otros. “De los deportes que hice, karate fue la que practiqué más años. Del karate aprendí a tener disciplina. Solamente la disciplina no era suficiente, así que aparte había que hacer algo con pesas. Vamos al gimnasio a levantar pesas. Siempre me gustó. También hice hockey y el gimnasio había que hacerlo”, relató.
En síntesis, ese complemento de trabajo con pesas lo puso en contacto Facundo, al que conoció en el gimnasio Azarian, haciendo gimnasia artística. “A mí me encanta tener los músculos marcados y le pregunté qué estaba haciendo y me habló sobre el powerlifting y le pedí que me entrene, pero me dijo que no. Le insistí tanto, que me dijo que vaya, hicimos un testeo y me armó una planificación. Al poco tiempo, me pidió ver lo records a nivel nacional y en el primer torneo igualé la marca de banco y sentadilla”, rememoró.

Marca distintiva
Antes de finalizar, el entrenador fue consultado por una cualidad de su discípula que en noviembre último se coronó campeona del mundo en la categoría Master 2, de 45 a 49 años y 56 kilos, donde hubo más de 40 damas. “Tiene una determinación increíble”, valoró.
“No hay persona que pueda setear su cerebro de esa manera, hacer lo que tiene que hacer y bancársela. Si tiene que definir, hacer una dieta y comer 3 veces al día, lo hace y vos decís: ¿cómo lo hace? Y lo hace porque el objetivo es más grande”, reflexionó.

“A ella, además, no le tiembla el pulso. Al momento de competir, me ha sorprendido que le digo: ‘vamos a poner un peso’, que jamás se imaginó. Sólo mueve su cabeza para abajo, va y lo hace. No duda. Si yo se lo digo, sabe que puede. Su cabeza está preparada”, destacó y concluyó que “es a algo que le falta muchísimo a los que intentan competir: la experiencia de haber competido en muchos deportes y enfrentarte a tus miedos. Es romper todos los límites, personales y los récords nacionales y mundiales. Esa es la diferencia entre un atleta y uno que practica el deporte. Ese dar el máximo que tiene un atleta se aprende con el tiempo”.