Básquet
Un viaje a Brasil en busca de un nuevo desafío
Pecho Díaz Vélez está transitando un nuevo reto en el mundo del básquet y lo cuenta en 3200, el código del deporte

Gerónimo Díaz Vélez, entrenador de básquetbol, abandonó su ciudad natal en busca de nuevas experiencias. Ahora se sumerge en el día a día de Liga Sorocabana Basquete, un club ubicado en São Paulo, donde su dedicación y amor por transmitir la pasión por este deporte brillan más que nunca.
En diálogo con 3200.ar, el concordiense describió cómo fueron los primeros meses de trabajo en la institución y señaló que el primer mes le costó mucho adaptarse al idioma y a la cultura. “Me costó adaptarme, especialmente al portugués, y también a los hábitos de entrenamiento que no son los mismos que estaba acostumbrado a enseñar en Argentina”, sostuvo.

“Al principio pensé en cambiar todo de inmediato, pero poco a poco entendí que debía ser paso a paso, con paciencia, y eso me permitiría disfrutar más de esto. Más allá de ser un trabajo, quiero transmitir la pasión por enseñar y hacer que este deporte guste”, afirmó.
Luego, explicó cómo surgió la oportunidad laboral mientras trabajaba como asistente de Eduardo Jápez en Hispano Americano. “La verdad es que no sé si llamarlo coincidencia, casualidad o destino, pero es curioso cómo todo se dio gracias a Jeremías Zuttion, un paranaense que me recomendó”.
“En ese momento, el presidente de Sorocaba, que cumple la función de presidente, entrenador y encargado de todo, estaba muy solo y necesitaba alguien que lo ayudara en el día a día. Así se me abrió esta oportunidad gracias a la recomendación de Jeremías”, agregó.

En la entrevista, “Pecho” hizo una valoración sobre Rinaldo Rodríguez, la autoridad máxima de Liga Sorocabana de Basquete, y explicó que “es un gran ser humano, apasionado por este deporte, con una familia que lo rodea y que conoce todo lo que sucede en el club”. Además, destacó que el club es “muy lindo, donde los chicos son muy apasionados; en todas partes llevan su camiseta y tienen mucha identidad”.
Entre la pizarra y la enseñanza
Sobre su trabajo diario, remarcó que cumple “una función diaria. Me gusta estar en el club, conocer a los chicos y chicas, estar con los jugadores del primer equipo, dar técnica individual y compartir momentos. Quiero que se me valore más por eso que por estar a cargo de una categoría específica o hacer algo concreto. Si un día tengo que dar una clase a niños de 9 o 10 años, lo hago; si otro día tengo que entrenar al primer equipo, también. La idea es estar preparado y consciente para que ellos mejoren y, a su vez, yo pueda mejorar en lo personal”.

Hablando de las categorías formativas, Díaz Vélez enfatizó que “los chicos hacen un gran esfuerzo para ir a entrenar; algunos viajan hasta 40 o 45 minutos, así que debemos valorar eso más que el básquet en sí. Quiero que estén motivados por seguir aprendiendo y mejorando más que por el resultado en sí mismo. Aquí en Brasil, el nivel físico es mucho mejor que en Argentina en términos de biotipo; hay chicos de 14 años que saltan y hacen volcadas como si nada, lo cual me sorprendió”.

“También hay que destacar que la institución está dirigida por alguien apasionado por este deporte, lo que le da un valor adicional. Como mencioné antes, Rinaldo está todo el día en el club, conoce cada rincón y todo lo que sucede, algo que no siempre ocurre en otros clubes”, añadió.
Además, anticipó la participación en el torneo Paulista, donde serán 10 equipos (8 de la NBB), y expresó su deseo de “disfrutar de ese torneo y prepararme para lo que viene con calma, viviendo el día a día”. Afirmó también que “no tengo planes concretos ni pongo límites sobre dónde estaré en tantos años. Creo mucho en el trabajo diario, y el futuro me preparará para lo que venga”.

“Intento disfrutar de esta profesión porque pocos tienen la oportunidad de vivir de ella, así que lo tomo con ese privilegio y siempre busco ser la mejor versión de mí mismo, donde sea que esté”, aseguró.
Su relación con Chiche Jápez
Finalmente, “Pecho” dedicó unos minutos a hacer un balance de su paso por Hispano Americano, donde trabajó junto a Chiche Jápez, ex entrenador de Estudiantes de Concordia. “Fue una experiencia increíble junto a una persona a la que no conocía personalmente pero sabía que era un gran profesional, con años dedicados al básquet. Fui por lo deportivo y me llevé en mi maleta un montón de aprendizajes sobre cómo es él como persona, un ser humano tremendo”, recalcó.

“Disfruté cada una de las charlas tomando café, viendo partidos, las giras y compartiendo momentos que del básquet en sí mismo. Fue una experiencia increíble debido al grupo humano, en la Patagonia, lejos de todo, pero el día a día fue tan llevadero que la pasé genial”, concluyó.