Cultura
La cápsula del tiempo que atesora al menos tres siglos de historia
¿Puede cambiar un sitio histórico? El Naranjal de Pereda transita ese proceso y acá te lo contamos.

“Dejo.
Los árboles dispersos
que planté esperanzado,
que gotearán semillas
en la tierra fecunda,
para multiplicarse
repitiendo los ciclos…”
Los versos del poema del escritor Fermín Elizaincín, chajariense de nacimiento y concordiense de corazón, pueden aplicarse a ese paraje que parece salido de un libro de cuentos fantásticos, en “esa tierra fecunda” y privilegiada a la vera del río Uruguay.
En el sitio histórico “Naranjal de Pereda” “todo está cubierto de comedias, de anécdotas, de sueños devorados por el tiempo, pero también de tragedias muy tristes que bien podría inspirar el guion de una película”, reflexionó el profesor Paulo Tisocco al ser consultado por @3200Cultura.
Recuperando y protegiendo el sitio histórico
“Todo está condensado aquí es la capsula del tiempo, metáfora quizás de nuestra historia local”, amplió luego sobre el sitio que custodia desde que fue designado como jefe del Departamento Naranjal de Pereda. Afablemente, comentó las actividades que están realizando actualmente.

-¿Qué actividades vienen desarrollándose y cuáles son las que se avecinan?
– La idea que venimos encarando desde la Subsecretaría de Turismo, la Secretaría de Producción y toda la estructura de servicios de la Municipalidad de Concordia, es recuperar el sitio y todo lo que implica la limpieza, el acondicionamiento, la iluminación y seguridad.
Al haber cercado ciertos lugares con bolardos y palos, el objetivo es preservar las ruinas del vandalismo y deterioro permanente que venía ocurriendo y permitir, al mismo tiempo, que la naturaleza recobre espacios erosionados y haga su trabajo.

Destacó, en la continuidad de la charla que, actualmente, reciben a varias instituciones educativas de Concordia “donde interiorizamos a los estudiantes de todos los niveles sobre la presencia primera de las culturas de pueblos originarios, su legado cultural en nuestras costumbres, palabras e idioma”, destacó.
“También, les relatamos cómo fue el surgimiento de aquel poblado de San Antonio del Salto Chico, hablamos de la presencia del general José Gervasio Artigas y su gesta en el Éxodo Oriental”, prosiguió y contó que durante mayo “recordamos la Revolución de 1810, tratamos de enseñar a nuestros visitantes cuán importante fue el hecho de la Redota (el denominado Éxodo Oriental) para la independencia de España en toda esta región y cómo nos trascienden sus ideas a través del federalismo”.
Mencionó, además, que trabajan contenidos de la experiencia del primer saladero, sus diferentes propietarios y el rol de la primera industria saladeril.
-¿En qué etapa está ese trabajo de lograr que los concordienses tomemos dimensión de la importancia que tiene el sitio?
– El otro día le comentaba al intendente Francisco Azcué que muchos concordienses, al ignorar la importancia del espacio, se enojan al principio al ver la empalizada. Sabemos que la gente es resistente a los cambios y el lugar tiene otra dinámica en donde la preservación y cuidado es ahora la prioridad para custodiar el recurso, turístico y patrimonial.

Después cambian de opinión y se van “tutti contenti” por nuestro trabajo y función en el Naranjal. Es entendible, por muchos años esto fue literalmente territorio de nadie, pero ahora se encuentran las visitas guiadas con la enseñanza diaria para concordienses y turistas, las charlas educativas, el ejercicio de corredores deportistas y ciclistas que, poco a poco, se van apoderando del lugar y todo ello me pone feliz porque la gente lo disfruta y, a su vez, aprende a cuidarlo.
“Yo sabía, en mi corazón, que iba a trabajar en este lugar”
Tisocco disfruta de lo que hace y lo transmite en cada palabra. “Soy amante de la historia, y cada día que pasa, siento un interés muy grande por toda la densidad transcurrida durante más de 300 años”, afirmó y trazó una comparación clara: “me siento como un futbolista que lo ponen a jugar en la cancha. Algo así se entiende solo desde la pasión”.

Al respecto, recordó que desde gurí iba a jugar a ese lugar y, desde entonces, ha sentido “una cierta conexión que siempre me hizo sentir ligado a toda esta parte de Concordia, así como a San Carlos y ahora este lugar”, dijo ya que también estuvo desempeñándose como director del Parque San Carlos.
“Creo que venimos a esta vida con algo escrito. Yo sabía, en mi corazón, que de adulto iba a trabajar en este lugar que entonces estaba abandonado”, confesó y agregó. “era un basural, pero podía sentir el potencial de ese espacio así que acá estamos tratando de dar de uno mismo, lo mejor”.

Tres siglos de historia en las altas barrancas
“Sobre las altas barrancas
Cuerpos desnudos al sol
Los sacheros van golpeando el monte con su dolor
Tal vez será en cachapé
Tal vez en una jangada
El viejo árbol va yendo
Pa' volver hecho guitarra
Con música del silencio
Cuеrpo de jacarandá
Irán sus cuerdas maduras
Rumores dеl Uruguay…”
El Naranjal de Pereda está sobre las altas barrancas que menciona Ramón Ayala en su “Canto al río Uruguay”, es naturaleza, el contacto directo con el río que hermana pueblos y también es una “cápsula del tiempo” como define Tisocco que atesora la historia que, poco a poco, los concordienses aprenden a valorar.
“Son tres siglos de historia en donde, como en un juego de mamushkas, vamos descubriendo etapas más antiguas aun que van desde la conformación geológica y la naturaleza del sitio, pasando por la historia de habitantes primeros, el paso de los jesuitas, el muelle, el primer oratorio en San Antonio del Salto Chico y los primeros naranjos de donde se hereda el nombre del lugar”, afirmó el entrevistado.

Pero también, por allí resuena el nombre de Artigas y, muchos años después, la presencia de Doña Eloísa Acosta de Bica y su mansión, la chimenea del saladero, los hermanos irlandeses O´Connor, el francés Édouard Demachy y, por último, el bonaerense Celedonio Pereda, entre otros.
Obras, servicios y actividades
En procura de preservar ese sitio histórico, aún “quedan pendientes algunos arreglos de albañilería menor y una mejor iluminación del lugar, mejor señalización, así también como el retiro de algunas pintadas ‘ofensivas’ realizadas durante los años de abandono, entre otras tantas cosas”, aseguró.

Consultado por las posibilidades de que se hagan obras que complementen la visita al sitio, respondió: “claro que sí, lo estamos pensando con Laureano Schwartzman (subsecretario de Turismo de Concordia) y Mariana Chiarello. Estamos viendo en brindar más y mejores servicios de infraestructura, actividades de interpretación de la naturaleza, conjuntamente con actividades culturales como “Yo Disfruto Concordia” y el acompañamiento de sabores regionales, música y arte identitario de nuestra ciudad y de nuestra provincia”.
En definitiva, El Naranjal de Pereda paulatinamente se incorpora al circuito turístico de la ciudad. “Faltan un montón de acciones a realizar pero, a comparación de lo que estaba, me llena el corazón poder ver que cada semana, con Marcelo Cortiana, Verónica Córdoba, Yolanda Alda, Ale Etchepare y los chicos de Juan XXIII que nos ayudan, vamos recuperando y custodiando el lugar con el apoyo invalorable de la Guardia Urbana”.
Cabe destacar que, los fines de semana y feriados desde las 16, se ofrecen visitas guiadas que encabezan Julie Niez, Agostina Moulins y Paul Flores, integrantes de la Asociación de Guías, y bajo el auspicio del Ente Mixto Concordiense de Turismo (EMCONTUR).
“Quisiera agregar mi total agradecimiento a los concordienses que se suman a colaborar, a traernos recuerdos de este lugar, objetos relacionados con la historia del Naranjal y personas que se vienen a ofrecer para cuidar o limpiar este nuevo espacio que ya se está volviendo en un paseo obligado y querido en la ciudad”, cerró el docente.