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Cultura

Secuaces del Sir: rock con memoria y presente

Una banda que se mueve entre la lealtad a su origen, el disfrute del presente y el anhelo de seguir creciendo.

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Secuaces del Sir está formada por Ramiro Oneto (voz y guitarra), Hernán Cabral (guitarra y coros), Alejandro Ramos (batería), Sebastián Robertone (bajo), Germán Flores (saxo) y Manolo Gastambide (percusión). Se definen como una banda de rock, pero también como un grupo de amigos que sigue tocando juntos desde hace más de una década.

“El proyecto como Secuaces del Sir nació por el 2015—recuerda Ramiro Oneto, su cantante y guitarrista—. En realidad veníamos de antes: éramos parte de La Chila, nuestra primera banda, que arrancó allá por el 2008 y estuvo activa hasta 2012. Llegamos a grabar un disco en esa época, Arrancado Verde, y después cada uno siguió con su vida, se tomaron otros rumbos. Pero nunca dejamos de tocar. Siempre seguíamos encontrándonos, zapando, haciendo música. Era algo natural. Las ganas y la energía estaban, entonces nos volvimos a juntar y armamos Secuaces del Sir”.

Desde entonces, el grupo mantiene un formato estable que combina producción propia con homenajes a las bandas que los formaron. El regreso no fue pensado, sino inevitable: “Imaginate que teníamos la banda desde que éramos muy adolescentes, de los 15 o 16 años. Era como que nunca se cortó. Nos distanciamos, sí, pero siempre supimos que íbamos a volver”.

El origen del nombre: entre Mick Jagger y una carpeta escolar

El nombre de la banda surgió de un cruce simbólico entre la cultura rock inglesa y un recuerdo familiar. “Lo elegimos con Ale, el batero —explica Ramiro—. Él quería que la banda se llamara Sir, solamente Sir, como invocando a Mick Jagger, que en Inglaterra le dicen Sir Jagger. Nosotros tuvimos una etapa muy Stone, demasiado Stone, y era nuestra referencia más grande. Yo, por mi parte, quería que se llame Secuaces, porque mi hermano, cuando era adolescente, tenía una carpeta con la C, la Q y los cuatro Ases, y le llamaban a su grupo de amigos ‘Los Secuaces’. Eso me quedó grabado. Entonces fue unir esas dos cosas: Secuaces del Sir. Somos los secuaces del Sir Jagger. Quedó, y no hubo otro nombre posible”.

Las raíces musicales de Secuaces del Sir están profundamente marcadas por el rock nacional de los 90 y 2000. “Tuvimos una etapa muy marcada por La 25, Viejas Locas, y por ese lado del rock más barrial. También por Los Gardelitos. Pero no nos quedamos ahí: escuchábamos mucho Los Piojos, mucho Ratones Paranoicos. Todo eso está en nuestra música. Si nos ves en vivo, lo vas a notar. Es inevitable. Son nuestras influencias y se nos escapan naturalmente”.

Ensayar como forma de encuentro

Más allá de lo formal, la historia del grupo está atravesada por una lógica de continuidad. “Los ensayos nunca fueron algo estructurado —dice Ramiro—. Eran reuniones entre amigos. Como veníamos tocando desde tan chicos, ya había una química que no necesitaba demasiadas vueltas. Incluso cuando paramos con La Chila, cada uno fue probando con otras cosas: yo me metí en una banda de reggae, otro en una de folclore y los músicos nuevos que se fueron sumando ya venían tocando, incluso habían ido a vernos. Entonces los ensayos eran tocar por placer, por necesidad. Era reencontrarnos”.

Uno de los aspectos que más reflexión genera en el cantante es la respuesta del público, especialmente cuando se trata de canciones propias. “Es una sensación ambigua. Nosotros estamos recontra agradecidos con la gente, porque cada vez que tocamos en Concordia nos responden muy bien. Pero al mismo tiempo, notamos que la producción propia cuesta más. Cuando hacemos un homenaje, un tributo, explotamos. Pero cuando mostramos lo nuestro, cuesta mucho cortar tickets”.

Para él, esa tensión está relacionada con un hábito cultural: “Estamos conviviendo con la melancolía de los 90 y de los 2000. Y eso nos frena como público. Nos cuesta apostar a lo nuevo. Me incluyo también, eh. Siento que como escena no le estamos dando el lugar que las bandas locales se merecen. No solo pasa en Concordia, creo que pasa en todo el país. Las bandas que siguen llenando estadios son las mismas que ya estaban hace veinte años. Y no se ve una renovación fuerte”.

Secuaces del Sir no rinde tributo desde la conveniencia, sino desde la pasión. En sus shows, suelen incluir sets dedicados a Callejeros, Los Gardelitos y Piti Álvarez. “Esas bandas son parte de nuestra historia —afirma Oneto—. Son los héroes de nuestra adolescencia. Nosotros fuimos a ver a Los Gardelitos cuando vinieron a Concordia y los conocía muy poca gente. Después, yo los seguí a todos lados. Lo mismo con Callejeros, con Piti Álvarez . A donde podía, iba. Y lo seguimos haciendo. Es como jugar a ser ellos un rato. Y también sabemos que hay mucha gente que no los pudo ver, o que hoy no puede pagar un tour para ir a un recital. Entonces también es darles eso, llevarles un pedazo de esa experiencia”.

Afinidades que trascienden la música

Pero más allá del fanatismo, hay también una afinidad ideológica. “Los artistas que homenajeamos son personas con las que coincidimos en cómo piensan, en cómo expresan lo que sienten. No en términos políticos, sino en el sentido común, en la forma de decir las cosas, de musicalizar la realidad. Nosotros venimos de ahí, y no podríamos hacer otra cosa que eso. Por eso no es una imitación: es una forma de pertenencia”.

La meta inmediata de Secuaces del Sir es clara. llegar a un escenario mayor, con una banda nacional de peso. “Lo venimos hablando hace tiempo —dice Ramiro—. Ya compartimos fecha con Los Pérez García, con La 25, con Viejas Locas, con Guasones, con Nompalidece y somos muy agradecidos por eso. Pero nos gustaría ser parte de un espectáculo más grande, de esos donde sentís que llegaste. No en un boliche, sino en un lugar con proyección. Salir al escenario y decir ‘acá estamos’, mostrar nuestras canciones en ese contexto”.

Secuaces del Sir no se fundó, se rearmó. Y tampoco tiene una fecha de vencimiento. La suya es una historia de perseverancia, de pertenencia y de amor por el rock: “Seguimos tocando porque las ganas nunca se fueron. Y mientras estén, vamos a seguir”, cerró Oneto.