Columnas
“En qué puedo brindar mis 5 panes” a las personas en situación de calle
Miguel Smitarello habló de las opciones de padrinazgo, rifas, ventas de pollos y aportes voluntarios.
Las instituciones intermedias, como los clubes, son los espacios donde esa permanente tensión entre el ser y el hacer conviven. Constituir una ONG, ser parte, se convierte en un estilo de vida, una conveniente manera de afrontar la realidad. No se trata sólo de decir, diagnosticar o preocuparse… se trata especialmente de ocuparse.
Y otra vez, vale la analogía. Si al club voy para realizar una actividad, deportiva o también social y cultural, a una institución intermedia me vinculo en búsqueda de una realización personal, que deja de ser individual y cobra fuerza al ser colectiva.
De ese conjunto de voluntades, de este trabajo en equipo, nacen las grandes obras del hombre. Hay equipo suelen decir hombres, mujeres, niños que salen a la cancha a darlo todo por el club de sus amores. Otros, como dirigentes, entrenadores y familiares, dirán algo similar cuando colaborativamente trabajan para ver más grande a su querido club.
Ponen, entonces, sus 5 panes a favor del otro, por el otro y para ese equipo. Lo mismo ocurre en la ONG de la que hablamos en la columna dedicada a la Educación y la Solidaridad presentada en el programa 142 de “3200, el código del deporte”, en radio (sábados de 10 a 12 por FM 88.7).
El llamado a ‘hacer algo’
El contador Miguel Smitarello preside la Fundación que, el 13 de julio de 2011, abrió el hogar de tránsito nocturno “Alberto Hurtado”, destinado a asistir y contener a hombres adultos en situación de calle, buscando recuperar su dignidad y su re inclusión social. Está ubicado en Hipólito Yrigoyen 1839 y permanece abierto todos los días del año.
-¿Por qué especialmente pusieron la mirada en las personas en situación de calle? ¿Qué fue lo que los movilizó a ir por ese camino?
-No me gusta tanto hablar de mí, pero por ahí no puedo hablar del hogar sin hablar de mi historia personal. Ahí tocaste una pregunta que toca mi fibra y está basado en el Evangelio: ‘Jesús nos llama a ocuparnos de los más débiles, de los más frágiles’. A colaborar.

Después de años de búsqueda, de un camino interior, de decir: ‘las problemáticas, las necesidades son muchísimas’. O sea, donde vos caminás cinco cuadras alrededor, te encontrás con lo que se te ocurre: personas en el hospital, niños con hambre, desnutridos, abuelos abandonados en hogares.
La pregunta que yo me hacía era ‘de qué me tengo que ocupar personalmente. En qué puedo brindar mis cinco panes’. Y 5 años antes de abrir el hogar, sentí el llamado a hacer algo por las personas en situación de calle.
-Vaya si lo van haciendo. Ya son 14 años aproximadamente (a mitad de 2025 se va a cumplir esa cantidad de años) de la apertura del hogar de tránsito. ¿Cuáles son sus características, qué comodidades ofrece, horarios en los que está abierto y un poco de qué se trata concretamente?
-Nosotros, allá por el invierno del 2011, abrimos un hogar que actualmente funciona todas las noches, sea domingo, feriado. No puede un día estar cerrado el lugar porque va contra nuestra esencia. O sea, cómo va a cerrar un domingo, un feriado, que la gente va que a querer volver a la calle. Cuando vos estás transitando un camino de búsqueda, que ellos puedan dar el paso de la reinserción.

Funciona desde las 6 de la tarde hasta las 7 de la mañana. Cuando se abre, ellos ingresan, colaboran con las tareas de limpieza del hogar, se lavan la ropa y limpian el piso, por ejemplo. Después, hay un momento de recreación, un espacio de tranquilidad donde el coordinador intenta darles un espacio de estemos tranquilos, tomemos unos mates y ahí es donde él evalúa, más o menos, los ve cómo está cada uno. Un rato más tarde empieza a organizar la cena. Ellos mismos cocinan, siempre bajo la supervisión de un empleado del hogar. Luego, se sirve la mesa, cenan, hay un momento de mirar la tele, comparten partidos, se comparte la vida. Se acuestan a dormir. Algunos se van a las 5 porque lo pasan a buscar para ir a trabajar. Si no, toman el desayuno y, a las 7 de la mañana, el hogar se cierra.
El tránsito hacia un estadío mejor
-Mencionabas al principio la palabra tránsito ¿Por qué?
-Porque nosotros buscamos ser una casa intermedia entre la vereda y una casa con un trabajo. Lo que intentamos brindar desde los hogares es mejor que estar en la vereda tirada en la calle, pero no tiene que ser mejor a una casa propia o alquilada. No es el fin, o sea la finalidad no es que se estacionen, no es que una persona ingrese y se va a quedar tranquila de decir: ‘Dentro de un año y medio va a seguir en el hogar’. Si a eso lo hacemos, es un error de nuestra parte. Buscamos que sea de tránsito para que ellos puedan dar el paso.
Entonces, que salgan rápido de la calle, lo más rápido posible. No tenemos restricciones para el ingreso, salvo que tengan pedido de captura, después si tienen problemas de consumo no es motivo para la exclusión.

Son tres las problemáticas más frecuentes que generan que una persona termine en la calle: droga, alcohol y enfermedades psíquicas. Si vos ves una persona que está en situación de calle y no tiene alguna de esas tres dificultades, está muy cerca.
Que la persona quiere salir, ahí está la clave. O sea, ayudar a quienes se quieran dejar ayudar porque hay personas que se los invita, una y otra vez, pero el consumo es más fuerte. ¿Y qué pasa? O sea, van al hogar y van a estar 13 horas donde no van a poder consumir. Es eso o quedarse en la calle. Ahí está la libertad de cada uno. Ahí viene nuestra paz de decir, bueno, nosotros hacemos lo que está en nuestro alcance Ellos son libres de elegir.
Vuelvo a la palabra tránsito. Invitamos a que la persona llegue al hogar pero, una vez que está en el hogar, que no se asiente, que no se estacione, sino siempre estimulándolo para que den el paso y se vayan. Nuestra mayor realización es que ellos se vayan con un trabajo o que puedan restablecer el vínculo con su familia.
-Está claro que ustedes no los evalúan, ni mucho menos los juzgan, sino intentan acompañar esa transición, ese tránsito de una etapa a otra que esperan sea mejor.
Es muy lindo lo que decís, como ideal, en qué sentido. Vos dijiste, no lo juzgan. Yo creo que, en el fondo, a todos los que estamos acá sentadas el juicio nos surge superfácil y condenamos. Eso hay que trabajarlo y decir: ¿bueno, nosotros para qué estamos? ¿Para juzgarlo y condenarlo que ya están condenados? De por sí, por algo terminaron en la calle. O sea, no hacer tanto foco en por qué terminó en situación de calle, sino qué podemos hacer para que salga.
Hasta ahí un primer tramo del diálogo con el referente de la ONG concordiense que tiene el hogar de tránsito nocturno “Alberto Hurtado” (cuenta con 10 camas, aunque en las últimas semanas hasta 12 personas son recibidas), ubicado en Hipólito Yrigoyen 1839, donde estuvo recientemente un hombre muy querido por ellos: Juan Miño, “el abuelo”, le decían. Su testimonio se escuchó en el aire de Oíd Mortales Radio y también por @3200deportes, nuestro canal de Youtube al que te invitamos a suscribirte.
Consultado por el grado de afectividad que los colaboradores de la Fundación “Nuestros 5 Panes” ponen en los que transitan por el hogar, Smitarello explicó: “en el hogar no se trabaja con cajones de manzana. Intentamos acompañar personas y, en ese acompañamiento, se generan vínculos”.

“Cada persona tiene su historia. Y sí, al abuelo es uno que recordamos con mucho cariño porque él vivía por calle Tavella, llegando al Masvernat, a mano izquierda donde había una aceitera abandonada. Él vivía en las ruinas de esa aceitera”, precisó y contó que un grupo de voluntarios, que sale los lunes a repartir viandas y recorre distintos lugares de Concordia, lo encontró, conoció y, después de muchísimas invitaciones, finalmente ingresó al hogar.
Aseguró que “cada vez era muy emotivo escucharlo bendecir la mesa, o sea las cosas que decía, siempre repetía lo mismo”. Siguió: “Él se fue en una oportunidad, le habían prometido trabajar en un campo. Después de cuatro o cinco meses, volvió demacrado, contó que había pasado hambre y demás. Se recuperó y, en diciembre del año pasado, se va nuevamente antes de antes de Navidad con un proyecto personal”.
“Sin embargo, lamentablemente el 17 de enero llegó el personal de Investigaciones de la Policía al hogar para recabar datos porque sabían que había estado allí y ahí fue que nos enteramos que él había fallecido”, lamentó y marcó que, “más allá de eso, creo que hay una cosa que por ahí puede ser difícil entender, pero sabes que a mí, cuando se dan estos casos, más allá de la tristeza por las personas que van falleciendo, en el fondo siento una profunda paz. Porque creo que, con nuestros aciertos y nuestras debilidades, no deja de haber un grupo de trabajo. Con nuestras falencias, hicimos lo que estuvo a nuestro alcance. Entonces ahí está la paz”.
Apadrinar a “Nuestros 5 Panes”
En la actualidad, hay distintas formas de ayudar con la causa. La más habitual es ser padrino espiritual (personas que toman el compromiso de hacer una oración diaria, sencilla, que no demanda más de 5 minutos) o económico (personas que realizan un aporte económico periódico, que permite a la Fundación hacer frente a los gastos del hogar).
“Gracias a los padrinos económicos esto se sostiene, porque el hogar se abre a las 6 de la tarde y se cierra a las 7 de la mañana con un empleado de la fundación. Eso no puede quedar sin una persona que cuide el orden, en la convivencia. Eso no es gratuito, implica el pago de sueldos, leyes sociales y es nuestro principal desafío”, aseguró y amplió: “los sueldos es lo que primero hacemos frente y después vamos con las leyes sociales”.
Los padrinos, en consecuencia, mensualmente pueden aportar 5000 pesos, 10 000 pesos, lo que puedan con tarjeta de débito o crédito, incluso hay otros que hacen transferencias. “Aportes públicos en dinero no estamos recibiendo, por eso todo esto está sostenido por el sector privado y cuando digo el sector privado no vayan a creer que son grandes empresas; son nuestros familiares, amigos, conocidos que se han ido sumando”, elogió.
Con la inflación vigente, en “Nuestros 5 Panes” no están exentos a los cambios en las variables macroeconómicas. A modo de ejemplo, el contador ofreció un indicador: “el aporte con tarjeta de débito y crédito es un ingreso estable, ¿en qué sentido? Que vos sabés todos los meses en qué fecha se nos va a acreditar a la Fundación tal monto. ¿Cuánto se nos incrementó el aporte con tarjeta? El 34%. Es buenísimo”.
Inmediatamente después, marcó que “los sueldos tuvieron incremento, en un año (desde febrero del 23 a febrero del 24), es decir el costo laboral total tuvo un incremento del 123%. O sea, son dos indicadores: el 34% de los ingresos, el 123% del costo laboral”.
Venta de pollos y bono contribución
Por esas variables, desde noviembre de 2023 agregaron al padrinazgo otra forma de sumar aportes: una venta de pollo mensual. “Nos va bien. Estamos haciendo unos 900000 pesos por mes, pero no alcanza. Entonces, tenemos que recurrir a otras cosas que ya lo venimos haciendo desde hace varios años que es el bono contribución. Todos los años, desde hace 6 años, lo venimos haciendo. Es nuestro principal apoyo”.

Otra vez, afectados por la inflación, a fines de 2024 recurrieron a un segundo bono de contribución. “Ahora, hace 15 días, hemos lanzado el bono contribución anual. Cada número tiene un valor de 10000 pesos y tiene cuatro números, cuatro posibilidades. El sorteo es el 28 de junio”, anunció y dijo que personalmente no pueden venderlos a todos por lo que invitan a otros a sumarse como vendedores: “si vos te animás a llevarte un talonario, que tiene 10 números, y vendé los que puedas. Gracias a eso, ya el año pasado pudimos vender 1000 números y este año nos lanzamos con una mayor cantidad”.
El sueño de la casa propia no espera al “momento ideal”
Antes de finalizar, hizo referencia al predio que la Provincia les donó y cuya titularidad poseen desde 2024. Se trata de un terreno de 1300 metros cuadrados ubicado por avenida Salto Uruguayo, detrás de la capilla del Padreo Pío que está en esa zona cercana a las vías del ferrocarril.
Recordó que fue una idea que nació del sacerdote Juan Percara, entonces párroco en la Iglesia “Inmaculada Concepción” del Parque Chiariza. “A él siempre le dolió que nosotros paguemos un alquiler. Actualmente, el costo del alquiler es de 360 000 pesos por mes. Todo esto, más los sueldos, son sostenidos con los padrinos, sino nosotros no podemos durar ni dos semanas”, aclaró.

Desde aquel entonces se empezó a trabajar, primero con la gestión ante el gobernador Gustavo Bordet y luego con la licenciada Marisa Paira, entonces ministra de Desarrollo Social de Entre Ríos, que conoció el lugar y levantó el pulgar. Finalmente, “decidieron la donación del predio que está en calle Salto Uruguay. En el 2024 salió la escritura”, precisó.
“¿A qué apuntamos? Fondos para construir no tenemos, si te estoy hablando de que estamos haciendo malabares para cubrir alquileres, sueldos. No estamos vendiendo pollo para construir y levantar paredes, sino para pagar sueldo, nada más que eso”, reiteró y aseguró que “lo que vayamos haciendo va a ser todo con donaciones. Y así ya se están empezando a dar los primeros pasos (limpieza, trabajos en la calle que continúa hasta las vías y gestiones para que los autoricen a rellenar el lugar)”.
“El momento ideal para largarnos a construir no existe, o sea, no existe porque hoy estamos con dificultad para pagar sueldo. El momento ideal no existe. Confiamos mucho en la ayuda, la solidaridad de la gente y bueno, por eso es que ya aparecieron donación de máquina que hicieron movimientos de limpieza. De esa misma forma pensamos seguir”, enfatizó y dejó los números de la Fundación para cualquier consulta o colaboración: (0345)154-013692, (0345)154-011896 ó (0345)156-025298.
En definitiva, como suelen decir ellos mismos citando un fragmento bíblico, “sin los cinco panes y dos pescados de aquellos muchachos, la multitud no hubiese comido. Sin nuestros cinco panes, es posible que en nuestra ciudad siga habiendo personas que no tengan un espacio digno donde reclinar su cabeza, ni una nueva oportunidad para poder cambiar y salir adelante”.