Triatlón
La huella del lobo: el impulso de Claudio Acuña
Inspirado en la historia de superación de Federico Müller, dejó atrás el sedentarismo y hoy suma kilómetros de esfuerzo, disciplina y satisfacción personal.
La fuerza de alguien que se levantó de las caídas más duras no sólo lo transforma a sí mismo, sino que también enciende algo en quienes conocen su historia. Así fue para Claudio Acuña, un deportista amateur de Concordia, que encontró en el ejemplo de Federico “El lobo” Müller la inspiración necesaria para salir del sedentarismo, animarse a aprender a nadar y completar su primer triatlón.

De jugar con sus hijos a correr un triatlón
Fue una experiencia con sus hijos que hizo que, a los cuarenta y cinco años, decidiera que su vida necesitaba un giro. “Eran pequeños e hicimos una carrerita por la playa y, a pesar de que tenían ocho y diez años, me costó ’ganarles’”, comentó Claudio. Aquella simple “carrerita” había encendido una alarma.
Mediante salidas en bicicleta y algunas carreras de MTB intentaba romper con más de una década de sedentarismo, pero no era suficiente: “no le encontraba la vuelta”, recordó.
Fue en 2019, en una competencia organizada en el lago de Concordia, donde vio por primera vez un triatlón en vivo, suficiente para encender la chispa que le estaba faltando. “Me atrajo muchísimo. Me gustó la adrenalina de largarse al agua, la bicicleta. Yo no sabía nadar, lo veía lejano, pero meses después dije ‘voy a hacer un triatlón’”.

Relatos que inspiran
En ese medio ironman Claudio vió a Federico Müller y conoció su historia. Ahí mismo pensó: “si él pudo recuperarse de tantos golpes en su vida, yo también puedo”, pero seguía sin animarse, hasta que en noviembre de 2019 vió un banner de un triatlón que iba a realizarse en marzo. “Sin saber cómo eran los circuitos dije ‘voy a intentar hacerlo’. Hablé con Mateo Orlandini que me entrena desde aquel momento y hoy es un amigo y guía, y le pregunté ‘¿vos creés que puedo?’. ‘Si entrenas, sí’, me respondió él”.
Cuando los objetivos están claros
A Claudio no le gustaba correr, tomaba el ciclismo como algo recreativo y su acercamiento más grande a la natación había sido en las colonias de verano cuando era un niño. “Empecé, el primer desafío fue aprender a nadar, pero lo más importante fue ordenar mi vida, salir del sedentarismo, poner un objetivo personal que me permitiera, no solamente dedicarme a la familia y el trabajo, sino algo sano y a largo plazo”.
Y así fue que, en marzo del 2020, pudo participar de su primer triatlón de distancia sprint. “Me encantó”, dijo, aunque pocos días después de su debut llegó la pandemia. Claudio duda si llamarle buena o mala suerte; le había “picado el bichito”, lo que lo incentivó durante toda la cuarentena a hacer actividad física.
Con el acompañamiento de Orlandini, comenzó a entrenar de forma sistemática y más ordenada. En cinco años y medio corrió varios triatlones, tanto en Concordia gracias a la Asociación Concordiense de Pruebas Combinadas (ACPC) como en diferentes partes del mundo, lo que definió como una experiencia maravillosa.

“Por experiencias familares muy cercanas le tengo mucho miedo a las adicciones, y la actividad física, a mi entender, es la mejor prevención. La práctica del triatlón me ha permitido organizar mi vida de una manera diferente; no es fácil balancear familia, trabajo y entrenamientos, pero la búsqueda de ese equilibrio es, creo, el desafío de todos los aficionados a alguna actividad. Me cuesta mucho aún ser ordenado en la calidad de la alimentación, lo que me lleva a bajar y subir de peso con relativa facilidad, pero sigo aprendiendo”, confesó.
La relevancia de lo social dentro de lo deportivo
Claudio hizo énfasis en la importancia del apoyo de su familia, tanto en el deporte como en todos los otros aspectos de su vida y también de los vínculos que el triatlón le regaló durante este tiempo, incluyendo a las personas que integran el grupo del gimnasio Nikaia encabezado por Mateo Orlandini y Constanza Ricagno, con quienes se retroalimentan las ganas, las energías y los nuevos desafíos.

“En estos años he logrado algunas cosas que ni había soñado. No sé cuánto tiempo más podré hacerlo pero tengo algunos objetivos personales antes de colgar la bicicleta. Espero poder lograrlos. Intentaré hacerlo como me aconseja Mateo: ‘hacelo tranquilo para poder hacerlo mucho tiempo’”, finalizó.







