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Fútbol

La historia del médico que salvó la vida de Oswaldo Balanta

Trabaja en San Lorenzo, jugó al fútbol en el Club Salto Grande y vivió en Concordia de los 6 a los 16 años.

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A veces, la vida da vueltas impensadas. Y en una de esas vueltas, Sebastián Roldán terminó siendo protagonista de un hecho que conmovió al mundo del fútbol: la reanimación en pleno entrenamiento del jugador juvenil Oswaldo Balanta, en San Lorenzo de Almagro.

El 26 de marzo se vivió un capítulo dramático en el fútbol argentino con el jugador colombiano que estaba a prueba en el Ciclón. El joven de 23 años  sufrió un paro cardíaco en pleno entrenamiento con la división Reserva. Sebastián Roldán, médico del plantel, fue el primero en asistirlo tras el colapso, iniciando maniobras de reanimación cardiopulmonar que, junto al trabajo coordinado del equipo médico del club, lograron salvarle la vida.

“Fue una situación muy angustiante, yo estaba al costado de la cancha y fui el primero en asistirlo. Enseguida llegó la ayuda del cuerpo médico de Primera y Juveniles. Entre todos pudimos salvarle la vida”, señaló en diálogo con 3200, el código del deporte. Según se constató el futbolista paró una pelota con el pecho en la práctica y cayó al piso tras sufrir una conmoción cardíaca, seguida de una arritmia.

¿Quién es Sebastián Roldan? ¿Cómo une su historia con Concordia?

La historia profesional de este médico deportólogo, de 34 años, tiene una raíz que se remonta a Concordia. “Mis padres nacieron ahí, tengo familia, y viví desde los 6 hasta los 16 años. Fueron 10 años de muy lindos recuerdos”, contó en la entrevista con 3200.ar.  Su infancia estuvo marcada por el deporte: jugó al fútbol en el Club Salto Grande, donde compartió cancha con amigos que aún conserva.

Fanático del deporte y apasionado por la medicina desde sus primeros días en la Universidad Nacional de Rosario, Roldán se especializó en Traumatología en el Sanatorio Parque, y desarrolló su carrera en instituciones como el Jockey Club de Rosario y Platense. Hoy integra el equipo médico del plantel de Reserva de San Lorenzo y también trabaja en San Isidro Club, con el rugby.

“Fue algo muy lindo el reconocimiento de San Lorenzo”

En la previa del partido con Atlético Tucumán, junto a los médicos Fernando De Alzaa, Pablo Ciavatta y Martín Bruzzese de la Reserva de CASLA, recibió un reconocimiento del club por el modo en que accionaron ante el momento crítico vivido con Balanta.

Sin dudas, este episodio no solo evidenció su profesionalismo, sino también la preparación institucional: “El club contaba con los Desfibriladores Externos Automáticos, que en estos episodios son indispensables. La reanimación tuvo éxito gracias a eso. San Lorenzo nos acompañó siempre, tanto a Oswaldo como a nosotros los médicos”.

Cabe señalar que Balanta ya se encuentra en su casa en Buenos Aires, con buen estado de salud y sin secuelas. Se le implantó un desfibrilador para prevenir futuras complicaciones y seguirá bajo control médico. “Fue algo muy lindo que el club nos haya hecho ese reconocimiento en un día de partido. Muy agradecido por la iniciativa”.

Pese a vivir hoy en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Roldán no olvida sus raíces. “Solemos pasar las fiestas en Concordia, es el único momento del año que voy, salvo alguna otra excepción”. Aunque admite que no sigue de cerca el deporte local, se mantiene en contacto: “Hace poco hablé con un amigo de la infancia que compartimos lindos momentos en el fútbol infantil del Club Salto Grande. Me contó que el Club Defensores del Barrio Nebel tiene un lindo proyecto de la mano de Gustavo Bou”.

Asi es como 3200, el código del deporte contó la historia de este profesional de la salud. De las canchas del interior hasta los centros médicos de elite del fútbol argentino, Sebastián Roldán representa una historia de vocación, compromiso y arraigo. De Concordia al Nuevo Gasómetro, con corazón de médico y alma de futbolista.