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Natación

Honor y gratitud a los héroes de Malvinas

Oscar Angélico recordó cómo fue la travesía en la que unió a nado las Islas Malvinas.

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Él es deportista, escritor e historiador. También, es oriundo de Concordia pero en la actualidad reside en Cañadón Seco, una localidad ubicada en el departamento Deseado, al norte de la provincia de Santa Cruz. Desde allí, en el año 2019 emprendió su viaje a las Islas Malvinas en las que realizó una travesía al nadar en las frías aguas del estrecho de San Carlos, canal que separa la Isla Gran Malvina de la Isla Soledad.

En una entrevista con 3200, el código del deporte, Angélico contó cómo nació esta idea que tenía como objetivo rendir homenaje a aquellos que defendieron con valentía la soberanía Argentina en el conflicto del Atlántico sur de 1982. “Somos nosotros los que estamos agradecidos por su ofrenda de vida, por ir a defender a la patria y a nuestra bandera. Vamos a estar eternamente en deuda con ellos”, afirmó.

En relación al desafío deportivo comentó que “la idea de viajar a Malvinas nació muchísimo antes. Fue allá por el año 2003 que comencé a gestar la idea. Empecé a tramitar mi ciudadanía italiana. Yo soy descendiente de italianos, mi bisabuelo era italiano, entonces comencé a gestionarla porque tenía muy en claro que quería conocer las Islas, quería en algún momento estar físicamente ahí pero no estaba dispuesto a que sellen mi pasaporte argentino para ingresar a mi propio país”.

La hoja de ruta del emotivo acontecimiento

A continuación, en la charla con el equipo de 3200 Radio describió cómo fue el plan que ejecutó para realizar la travesía. “Primero hice contacto con dos chicos que son guardavidas y rescatistas que organizan el cruce y que me invitaron a participar. Me inscribí junto a Cristina Ganem, una exenta nadadora de Neuquén con quien viajé a las islas”, detalló. Una vez en Malvinas se instalaron en el Ypake II y zarparon a Puerto San Carlos, donde se prepararon para el reto.

“Estuvimos ahí aclimatando, nadando, probando el agua y los diferentes lugares y viendo el clima para saber cómo eran las condiciones más propicias para hacer el cruce. A las 9 de la mañana largamos hasta la parte más fina del estrecho que tiene 4.800 km en línea recta. Fuimos hasta ese lugar y salimos en el momento de la estoa, cuando la corriente casi desaparece, en el que largamos e hicimos el cruce. Fue algo emocionante. Después, volvimos al barco y regresamos con una navegación que duró un día hasta Puerto Argentino”, señaló.

“Uno cuando nada va pensando cuantas brazadas da, en la respiración, en si está haciendo bien la patada, si está ingresando bien la mano, en el recupero, en la salida, en toda la técnica y toda la biblioteca técnica de nado se me cayó. Se me vino abajo la estantería y solamente pasaba por mi cabeza imágenes de las islas, imágenes del conflicto, imágenes de mis queridos Veteranos que tanta fuerza me dieron cuando se enteraron que iba a viajar, de los chicos que fueron a la guerra”, agregó en su relato.

Luego de la experiencia consideró que “nadie está preparado para ir a Malvinas, ningún argentino está preparado para ir a las islas, es un golpe directo al corazón. Malvinas tiene un aeropuerto que no está funcionando por eso el avión baja en una base militar. Recuerdo que en el momento en el que vengo bajando por la escalinata del avión apoyo mi pie derecho sobre el suelo de las islas y sentí una cosa solo comparable con escuchar los primeros acordes del himno que siempre digo que me pone la piel de gallina, fue algo que me invadió”.

También, dijo que previo al viaje había estado viendo lo que era el estrecho de San Carlos donde se dieron varios combates y contó que “al llegar me encontré con un paisaje totalmente diferente lleno de vida, de lobos marinos, aves, con una cantidad impresionante de naturaleza viva en un lugar donde había tanta muerte representaba en acciones bélicas”.

Su relación con los Veteranos de Malvinas

Además, destacó que “cuando salió la noticia del cruce, en las redes hubo algunos comentarios negativos y de malos deseos de británicos que ni siquiera están en las islas pero que rastrean todo lo que tiene que ver con respecto a Malvinas. Por el contrario, Veteranos de la Guerra de todas las latitudes de Argentina y Veteranos que están fuera del país me escribieron sin conocerme y me desearon éxitos. Fue emocionante cuando me dijeron que  iba a nadar con un pedacito de cada uno de ellos  y que iba a representar a 40 millones de argentinos”.

“Siempre cuento que luego de venir me hicieron una distinción en el Senado de la Nación, se me nominó para recibir el premio René Favaloro pero yo lo que más recalco y valoro fueron los llamados de los Veteranos luego de hacer el cruce. Ellos me daban las gracias pero yo no las podía aceptar. Ellos tienen que saber que más allá de lo que diga cualquier gobernante o cualquier persona que esté a cargo del poder del Estado, que el pueblo argentino no los olvida, el pueblo argentino los lleva adentro del corazón y va a ser así siempre”.

Por último, dejó un mensaje para toda la sociedad en el que dijo que “no hay que abandonar un sueño, lo que uno quiere, debemos luchar por lo que queremos, no importa el tiempo, la edad siempre hay que seguir adelante para lograr los objetivos que uno se propone”. Así fue la historia de Oscar un hombre que lleva bien en alto la bandera Argentina y que honró a los héroes y ex combatientes de Malvinas con este suceso que quedará en la historia.