Karate
De transformar sus vidas a ser elegidos para el Mundial de Egipto
Alumnos de la “Escuela de Karate Tradicional ITKS” Justo Gómez contaron sus experiencias en el deporte.
El sensei Jorge Schvint y sus alumnos Yamalí Sarba, Ezequiel Corrado, Celina Barrios, Joaquín Enrique, Naim García y Máximo Goñi comenzaron el sábado entrenando de cara al Mundial de Karate que se realizará en Egipto, el año próximo, organizado por la Confederación Internacional de Karate Tradicional (ITKF tal su sigla en inglés).
De selección
“Se está seleccionando en todo el país a chicos de distintas partes de las provincias. Gracias a Dios, tienen muy buen nivel”, valoró el profesor al continuar su jornada concediendo una entrevista al programa radial de “3200, el código del deporte”. “Fueron seleccionados por el sensei Justo Gómez”, precisó sobre el séptimo dan, siete veces campeón mundial.

“Ahora tienen el compromiso de estar, participar, intervenir en todos los eventos de aquí al año que viene. Seguramente se van a seguir sumando competidores a medida que vayan progresando. Obviamente, como toda competencia, uno debe estar y sacar lo mejor de cada uno para representar al país”, explicó sobre sus discípulos.
Nacional en Concordia
El sábado 8 de noviembre tendrá lugar en Concordia, desde las 8 con entrada libre y gratuita en el gimnasio del Club Estudiantes Concordia, el XXI Torneo Nacional ITKF. “Ahí se van a estar formando los equipos de seleccionados de cada provincia”, precisó.
Destacó que ya confirmaron su asistencia delegaciones de Neuquén, Santa Cruz, Jujuy, Mendoza, Córdoba, Misiones, Chaco, Corrientes, Buenos Aires, de otras localidades de Entre Ríos (Villaguay, Concordia y Federación) y de Uruguay (Paysandú, Artigas). “La idea es que la gente de afuera venga a disfrutar, no solo por el hecho del deporte, sino de la parte turística que ofrece nuestra ciudad y que todos vivan una experiencia agradable y disfruten de lo que hacen”.

Por último, resaltó el rol de la la sensei Silvia Mansilla (que también irá al Mundial, lo mismo que el karateca Bruno Areguati), “que como dijo Yamali es como una mamá para todos, tanto del dojo Kanku Dai como del Sochin. Ella siempre está presente y predispuesta”, elogió el hombre que lleva 45 años practicando karate y unos 30 enseñándolo. “Tuve la suerte de conocer al sensei Justo Gómez y de ahí me cambió todo para mí”, afirmó.
Testimonios que inspiran
Ezequiel Corrado fue el primero de los seleccionados en tomar la palabra. “Este año cumplí 10 años haciendo karate”, afirmó el joven de 18 años.
Empecé karate a los 8 años, practico karate desde los 8 años, ya van 10 años. Este año cumplí 10 años haciendo karate, afirmó el joven de 18 años. “Hace varios años que venimos viajando al lado de sensei Jorge, que nos lleva a todos lados y para estar hoy en el seleccionado estuvimos entrenando muchísimo, muchísimo”, destacó.

“Gracias a la ayuda de mis compañeros, el hermoso equipo que se formó. Me siento muy contento de formar parte del seleccionado”, declaró para @3200deportes y recordó el torneo al que fue en mayo pasado cuando “me consagré campeón de la categoría masculina”.
Yamalí Sarba, de 14 años y con 6 de recorrido en el mundo del karate, afirmó que “es lindo compartir con mis compañeros, en especial con Joaquín (Enrique) que, desde el año pasado, venimos haciendo equipo y, casi siempre, salimos campeones. Me enorgullece ser compañera de él y poder practicar el deporte que amo con una persona que conecto bien”.

Inmediatamente después, agradeció a su profesora Silvia Mansilla. “Ella se convirtió como en una madre para mí. Desde chiquita, siempre está cuidándome, siempre está ahí para mí y yo siempre soy, dice ella, su mano derecha y me enorgullece serlo”, afirmó con emoción.
“También, en nuestro dojo, hay muchos nenes chiquitos y siempre soy el ejemplo de ellos, aparte de mis compañeros. Por esa razón tampoco me gustaría dejar porque sentiría que lo estoy defraudando o decepcionando porque como me tienen allá arriba”, consideró y cerró dándole gracias a “mis padres que siempre estuvieron ahí para hacer lo que a mí me gusta”.
“Practico karate de chico y el karate fue algo que siempre me marcó”, afirmó a su turno Ezequiel Corrado. “Iba a karate y me alegraba, me emocionaba y se hizo parte de mi vida. Yo ahora no entreno dos días o una semana y me enloquezco. Eso es algo que me marca mucho porque karate, aparte de las competiciones, de la experiencia, de todos los torneos, es algo que te llena”, definió.
“En los viajes compartís con el sensei, con tus amigos, con tu familia y las personas porque conocés varias de distintas provincias, conocés lugares también y es todo gracias al karate”, consideró y amplió: “creo que por eso me gusta y también todos los valores que me han inculcado desde chico que me incentiva a transmitirlo, a que las demás personas sientan lo mismo”.
Celina Barrios tiene 15 años y lleva prácticamente la mitad de su vida en las artes marciales. Empezó que, como dijo, “el karate siempre estuvo cerca” ya que su papá y luego su hermana lo practicaron. “Llegó al punto que me gustó, quise probar y nunca más dejé”, reveló desde el estudio de Oíd Mortales Radio.

“Es muy linda experiencia, muy lindo deporte, todo lo que se vive. Se termina formando una familia, todos juntos”, aseguró y le agradeció a su sensei “que siempre nos acompaña y nos ayuda. Todo nuestro esfuerzo y nuestras grandezas o hazañas se las debemos a él porque es el que siempre nos guía por el camino correcto y nos enseña todo lo que está bien”.
Joaquín Enrique es otro de los adolescentes que tiene 15 años y entrena desde los 7. Su testimonio es inspirador: “al principio no quería ir, yo era malo, malo. En la escuela tenía muchos problemas con mis compañeros, con los profesores y siempre andaba en la Dirección o metido en problemas hasta que, en un momento con la ayuda de una profesora y mis papás, me llevaron a karate” marcó.

Los inicios en el deporte tampoco fueron sencillos. “Me sentaba afuera y miraba desde lejos. Después, empecé a entrar, me quedaba al lado de mi sensei, después conversábamos un poco y después entré”, recordó hasta que le empezó a buscar “y ahora soy lo que soy acá”.
-¿El karate te cambió la forma de ser?
-Claro, ahora tengo muchos más amigos. Antes yo no tenía casi amigos. Como peleaba con todo el mundo, no me querían ni los profesores.
-Es reconvertir esa energía en algo positivo.
-Me cambió en mil maneras la actitud de mi vida entera me cambió.
-El grupo que tenés alrededor seguramente te apoyó.
Me apoyó el grupo y me integró. Al principio yo no quería ir con ellos, me alejaba, salía nomás del tatami y me sentaba a un lado a tomar agua y quedarme solo. Después, me empecé a integrar más con el grupo y charlábamos.
Naim García tiene 16 años y desde los 10 está practicando karate de la mano del sensei Schvint. “Hace un par de años que empecé a competir en serio y ver quién era yo en el deporte y empecé a desarrollar más mi personalidad dentro de lo que es karate y el movimiento”, marcó y destacó que es le permitió asistir a torneos en Uruguay, Buenos Aires, Córdoba, Misiones, ya sean regionales o nacionales.

Incluso, valoró que “hemos salido campeones con mi amigo Ezequiel con el que formamos equipo (kata equipo y embu)”, dijo y aclaró que eso no es lo más importante para él sino el hecho de “vivir esa experiencia. Vivir ese miedo”.
Así lo explicó: “a mí me gusta el miedo de cuando voy a entrar a competir y decir: ‘ay, no me va a salir. ¿Qué hago acá? ¿Por qué hago esto? Me quiero a mi casa’. Es entrar y hacer. Es superar ese miedo que a mí me ha ayudado mucho en la vida en sí”, afirmó y mencionó, a modo de ejemplo, que “ahora estoy trabajando y, cuando me encuentro un obstáculo, en lugar de decir: ‘ay no, que miedo, no lo hago’, enfrento ese miedo y es algo que me ha dado carácter, que me ha dado y me ha servido mucho en la vida y me va a seguir sirviendo”.
Máximo Goñi, en tanto, también agradeció al sensei porque “me ha aguantado directamente, no hay otra palabra para decir. Yo era un desastre”, se definió y recordó cómo fue su primera clase, entre la incertidumbre de no tener en claro a dónde iba y los nervios de esos primeros encuentros.

“Después de unos años me empezó a gustar, a tenerle cariño, tenía complicaciones en las relaciones con mis compañeros porque no era la persona más santa. Era molesto. No me querían porque discriminaba”, admitió y siguió: “después, dándome cuenta que estaba solo, me di cuenta de que no podía seguir así”.
-¿En qué te ayudó el karate?
-Me ayudó a darme cuenta que estaba solo. Ahí con mis compañeros, que no me querían, pude cambiar en el buen sentido para poder llevarme mejor con ellos. Aparte del dojo, me llevó a que más personas me pudieran conocer mejor, de una mejor forma y llegar a hacer amistades fuera del dojo. Me cambió mucho como persona y a la vez me fui desarrollando como deportista. Me cambió drásticamente, de principio hasta ahora, fui cambiando hasta el punto no ser el mismo de cuando empecé. Se lo agradezco mucho a mi sensei.

En definitiva, se trata de vivir la experiencia competitiva y de superación personal que propone el karate constantemente. Es valorar “lo que uno tiene que hacer para conseguir sus logros. No solo el hecho de entrenar, sino de conseguir plata para pagar su pasaje, conseguir la estadía. Son muchas cosas que la vida misma te lleva a hacerlo”, afirmó el sensei.
“Y por medio de eso nosotros tratamos de inculcar a los chicos para que el día de mañana sean personas bien y sepan desenvolverse en su vida cotidiana. Eso creo que lo estamos logrando”, dijo con satisfacción y concluyó “muchos dicen que el karate es agresivo, es para golpear. Todo lo contrario, está prohibido golpear, incluso en las competencias si lastimás a alguien te pueden expulsar. La idea es que los chicos, el día de mañana, sean personas de bien, sepan ser mejores personas y tener empatía hacia los demás y no discriminar a nadie”.