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Atletismo

Enrique Da Costa: “Formamos atletas, pero sobre todo personas”

Con 64 años y casi cuatro décadas en la Escuela Municipal de Atletismo de Concordia, el entrenador compartió su experiencia.

Ayelen Saucedo

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Los inicios en el atletismo

Da Costa recuerda que su vínculo con el atletismo surgió a los 16 años, cuando fue invitado a participar en un intercolegial en Parque Ferré. En ese entonces practicaba remo y entrenaba con mucha resistencia, lo que le permitió competir con éxito. “A partir de ahí me llamó mucho la atención el poder desafiar límites”, afirmó. Así, esa búsqueda de superación se convirtió en el motor que lo llevó a dedicarse al entrenamiento.

Además, elegir trabajar con adolescentes no fue casual. “Es la mejor etapa, desde los trece hasta los dieciocho años, donde se puede entrenar seis o siete veces por semana y alcanzar un nivel deportivo alto”, explicó. De manera similar a lo que le ocurrió a él, muchos chicos se acercan por curiosidad y descubren que cada día pueden correr un poco mejor.

El proceso de formación, logros y satisfacción

En cuanto a los primeros entrenamientos, Da Costa aclara que no se enfocan en largas distancias, sino en aprender a manejar el cansancio en pequeñas dosis. “La idea es que el esfuerzo no sea algo atormentante”, señaló.

Por otra parte, destaca que más allá de lo físico, valores como la disciplina, la constancia y el compañerismo son pilares fundamentales: “Sin disciplina no se puede entrenar. En el deporte no hay malos chicos, porque se aíslan solos”.

Asimismo, reconoce con orgullo que los buenos resultados en competencias son la prueba de que el camino elegido es el correcto: “Es una satisfacción muy importante”. Sin embargo, asegura que su mayor alegría no está en las medallas, sino en el legado que construyó: “Hoy hay tres profesores trabajando conmigo y son mejores que yo. Eso me da tranquilidad, sé que me puedo jubilar en paz”.

En relación a la presión de competir, Da Costa sostiene que es parte necesaria del proceso ya que es precisamente esa exigencia  la que motiva a los atletas a esforzarse y dar lo mejor de sí. 

Crecimiento personal y rol de la familia

Con el paso del tiempo, el entrenador observa cambios notables en los jóvenes: crecen como deportistas y también como personas, desarrollando compromiso y esfuerzo. “El chico que entrena pone al atletismo casi en primer lugar en su vida diaria”, comentó.

No obstante, advierte que el acompañamiento familiar es indispensable: “Si no hay familia es muy difícil avanzar. Cuando falta esa pieza, el rompecabezas no funciona”.

Mirando hacia adelante

Actualmente, en la Escuela Municipal entrenan alrededor de 35 chicos, de los cuales ocho lo hacen directamente bajo su guía. Da Costa ya tiene objetivos claros: “Viajamos a San Luis a la Copa Nacional de Clubes U18 . A mediano plazo, apuntamos al Sudamericano U18 que será selectivo para los Juegos Olímpicos de la Juventud en Dakar. Queremos llegar con al menos dos atletas al equipo nacional”.

Finalmente, deja un mensaje para quienes sueñan con iniciarse en este deporte: “Que se acerquen al Polideportivo Municipal. Nosotros formamos personas; si corren más rápido, mejor, pero lo central siempre es la persona”, concluyó