Cultura
Nacho Agostini: cómo acompañar desde la Musicoterapia
“Soy una persona a la que le gusta andar por todos lados”: un recorrido por la música, la salud, la educación y el deporte.
Con motivo de lo que se conoce como la “Semana Azul”, propuesta para la concientización y visibilización sobre el Autismo, Nacho Agostini, quien recorre varios mundos como musicoterapeuta, baterista, luthier de platillos y deportista, pasó por “3200 Cultura”, para hablar de una profesión que le apasiona.

SU PRIMER ACERCAMIENTO A LA MUSICOTERAPIA
Cuando terminó la escuela secundaria y tuvo que elegir una carrera universitaria, rumbeó para Rosario, y se inscribió en Medicina. Sabía que le atraía el campo de la salud mental, y se pensaba como psiquiatra en un futuro. Las vueltas de la vida, hicieron que, al poco tiempo, se le diera la oportunidad de participar en “Operación Triunfo”, un reality show de música de Buenos Aires, que tuvo a toda la ciudad de Concordia expectante y apoyándolo con sus votos.

En ese momento, se conectó con la gran ciudad, que le ofreció distintas experiencias, posibilidades y alternativas. Y se quedó. Su idea inicial fue continuar con la carrera de Medicina, intentar revalidar las materias que pudiera; pero, un día se encontró en el Hospital Italiano leyendo un texto que decía: “Equipo de musicoterapia y salud mental”. Empezó a investigar, a averiguar, a informarse. En ese momento, trabajaba en un hogar de niños y niñas, que eran de Entre Ríos, que estaban tratándose en la Ciudad de Buenos Aires, debido a la complejidad de sus discapacidades, y quienes se atendían en hospitales como el Garrahan o el Gutiérrez. Era un espacio donde el músico compartía distintos momentos de juego, donde tocaba la guitarra y les enseñaba a tocar instrumentos.
Cuando encontró información precisa sobre lo que era la Musicoterapia lo atravesó desde distintos lugares y supo que eso era para él. Asegura que el primer año fue muy complejo, porque se necesita una deconstrucción total. Es una carrera que tiene mucha filosofía, psicología, y eso generó un cimbronazo en Nacho, porque tuvo que posicionarse de otra manera y “sensibilizarse” siendo muy joven.
¿QUÉ ES LA MUSICOTERAPIA?
“Es una disciplina terapéutica que trabaja con la música, con los objetos sonoros, con los instrumentos como lenguaje, como discurso musical. Los músicos terapeutas tenemos la formación y la percepción de poder ver a la música desde ese lugar discursivo, y no desde el aprendizaje, y desde el rol de un profe de música, que tiene otros objetivos concretos, que tienen que ver con la formación. Nosotros trabajamos en realizar un plan de tratamiento que involucre a la música como lenguaje, para trabajar diferentes áreas del desarrollo, de la memoria, de lo sensoperceptivo. Todos esos son objetivos que nos proponemos, y van a estar destinados a cada discapacidad que tenga cada persona”, explicó Agostini.
Actualmente, las estadísticas dicen que 1 de 36 niños, a nivel mundial, tienen Trastorno del Espectro Autista (TEA). Nacho, quien se ha formado en esta afección relacionada al desarrollo del cerebro, que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras personas, asegura que, actualmente, es la mayor población que recibe en su consultorio, y que se habla de “espectro” porque se refiere a la amplia variedad de síntomas y características que pueden presentar las personas diagnosticadas con autismo. Hay que saber que cada persona es única y puede experimentar el autismo de manera diferente. Algunas presentan mayor dificultad en áreas como la comunicación o las habilidades sociales, y otras pueden tener intereses muy específicos a ciertas actividades y temas.
El rol del musicoterapeuta es conocer y entender a cada niño o niña, a partir de sus conductas, saber qué necesita, y trabajar sobre esa sensibilización, sobre esos niveles de desarrollo, a través de la música, que es un canal expresivo, comunicacional, que permite generar una interacción, y desde donde les ofrecen herramientas para estimular esas áreas afectadas.

PENSAR UNA ESCUELA MÁS HETEROGÉNEA
Si bien Nacho cuenta con su consultorio privado y trabaja en un centro de rehabilitación neurológica infantil, también forma parte de un equipo que acompaña trayectorias de estudiantes con distintas discapacidades en una escuela pública, y afirma: “En las escuelas se trabaja en equipo. Si bien hay una movilización en relación a la educación, y se generaron espacios para, justamente, poner en relieve la heterogeneidad en las aulas, a veces hacen falta profesionales, que las escuelas no tienen, y que hace que queden vulneradas algunas trayectorias escolares. También son decisiones políticas, que tendrían que ponerse sobre la mesa y priorizar. Ver qué se quiere visibilizar, qué lugar le quieren dar a la discapacidad y a la educación integral”.
Y agrega: “Hay un rol que se llama ´maestra integradora´, que son cargos institucionales muy importantes, que cumplen un rol y una función específica dentro de la escuela, que tienen que ver con el acompañamiento de estas trayectorias que necesitan de una mirada diferente, de un proyecto pedagógico individual distinto, que apunta a poder ver a esos niños desde otro lugar; nosotros tenemos que deconstruirnos de alguna manera para poder observar a esos niños. Y tiene que ver con desprejuiciarnos para poder mirar. Esas maestras tienen la capacidad y la formación para poder acompañarlos, junto con el resto del equipo. Hoy, hay mucha falta de esas maestras, hay mucha necesidad. Muchas veces no conseguimos para mis pacientes”.

SU NUEVO DESCUBRIMIENTO: LUTHIER DE PLATILLOS
Nacho ha estado en contacto con la música desde muy pequeño. Desde cantar y tocar la guitarra en sus bandas de la adolescencia, ha pasado a formar parte, como baterista, de importantes bandas de jazz de Buenos Aires, y luego en Concordia. Se define como un apasionado de la batería como instrumento, y un obsesivo de lo sonoro, lo que lo ha llevado a trabajar en una nueva faceta: “Tiene que ver con una búsqueda personal. Estoy incursionando, desarrollando e investigando sobre cómo modificar platillos y llevarlos a una calidad mayor en relación a lo sonoro. No hay casi nadie haciendo esto en el país. Yo veía platillos inalcanzables por el precio y su tratamiento, se hacen en Turquía, es un martillado a mano. Al principio compraba algunos baratos acá, iba probando, hasta que pude comprarme uno turco, y ahí vi un mundo totalmente diferente. Eso tiene que ver con que uno empieza a estimular la percepción auditiva, y es sensible a un montón de factores”.
SU ROL COMO REMERO DEL “CLUB REGATAS CONCORDIA”
Junto a Alejandro Piedrabuena, Nacho sigue trabajando en sostener el sector de remo del Club, desde un esfuerzo personal, que incluye arreglar y volver a poner en pista los botes; mantener en funcionamiento la zorra, que permite bajar las embarcaciones más pesadas; y la vía. Con gestiones, recaudaciones y donaciones que reciben, se pudo ir “levantando”.
Algunos botes estaban tirados, y se volvieron a usar porque hay más gente remando, y chicos que se incentivan con el deporte.
Agostini viene entrenando con cierta regulariad, y tiene sus metas personales para 2025: en mayo competirá un Sudamericano en Mercedes, Uruguay, con un nuevo compañero que es campeón mundial y un “tremendo deportista”, Manolo Moretti: “Para mí es un orgullo subirme a ese bote con él. Es un gran remero. Veremos si logramos algún podio. El esfuerzo va a estar”.
