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Calistenia

Calistenia: disciplina urbana y transformación personal

Un informe sobre el impacto de la calistenia en la salud, la superación y la comunidad.

Ayelen Saucedo

Publicado

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Cada vez más personas eligen la calistenia como una forma de entrenamiento integral que va más allá del cuerpo: transforma rutinas, construye comunidad y potencia la autoestima. Con pocos elementos y mucha constancia, esta disciplina urbana redefine los límites del esfuerzo personal. A continuación, te ofrecemos un recorrido por los aspectos más destacados de este deporte.

La calistenia es un sistema de entrenamiento con ejercicios físicos que se realizan con el propio peso corporal. En plazas, parques y redes sociales crece una disciplina que combina fuerza, control y libertad de movimiento: la calistenia. Este sistema de entrenamiento físico se basa en ejercicios con el propio peso corporal, lo que lo convierte en una práctica accesible, versátil y altamente efectiva. Movimientos como dominadas, flexiones, fondos, sentadillas, planchas y trucos acrobáticos no solo fortalecen músculos, sino que también desarrollan coordinación, agilidad y resistencia.

La calistenia no necesita más que el cuerpo y un entorno básico: puede practicarse en casa, en un parque o en un gimnasio. Aunque lo ideal es contar con estructuras seguras y adaptadas, la esencia de esta práctica está en la libertad de movimiento y el control del propio cuerpo.

Voces de los deportistas

Entre los distintos espacios donde se practica calistenia en Concordia, el gimnasio Kaizen se ha sumado a esta disciplina con una propuesta que busca integrar lo físico, lo mental y lo emocional. Allí entrena Nelson Roldán, quien comenzó su camino en la calistenia en 2019, practicando en el Parque San Carlos. “No solo se trata del desarrollo físico, que es lo más fácil, sino también de la salud y de lo mental. Lo que hace que el entrenamiento perdure es la disciplina de moverse”, afirmó.

A su vez, Nelson contó que comenzó su camino en la calistenia en 2019, entrenando en el Parque San Carlos. Durante la pandemia, se especializó en métodos de entrenamiento, enfocándose especialmente en la calistenia. “Para comenzar, lo primero es conocer el cuerpo. Después se define qué ejercicios se pueden hacer”, explicó. Su enfoque incluye un mix de ejercicios clásicos y trabajo de core, adaptado a cada persona.

A su vez, el entrenador subrayó que, si bien la calistenia puede practicarse en cualquier lado, en Concordia falta infraestructura adecuada y segura, lo que hace que muchos opten por entrenar en gimnasios. “El futuro será mejor cuando tengamos parques aptos”, señaló.

Pasión, disciplina y transformación personal

Más allá de los títulos (Nelson ha sido campeón nacional y subcampeón sudamericano, al igual que uno de sus alumnos, subcampeón nacional), lo que más lo emociona es el impacto positivo del deporte: “Lo más emocionante ha sido ayudar a personas a salir de adicciones o ver a gente grande que nunca entrenó, sentirse fuerte y agradecida por practicar calistenia”. Él lo resume en una frase para quienes deseen iniciarse: “No es un camino fácil, pero te va a desarrollar como persona, a nivel físico y mental, siempre con disciplina”, confesó.

“La calistenia me enseñó a estar presente”

Así lo reconoció Gabriel Rivas que conoció la calistenia casi por casualidad. “La descubrí en el gimnasio al que iba. Detrás del salón principal, un grupo entrenaba calistenia, pero en ese momento yo solo era un espectador”, comentó. Lo que lo atrajo no fue solamente el entrenamiento en sí, sino el resultado: “El físico de los calisténicos después de años de práctica me impactó. Me motivó a empezar”.

Para él, la calistenia es mucho más que un entrenamiento: es una forma de bienestar. “Poder practicarla me hace sentir muy bien. Me enseñó que todo en la vida son procesos, que no hay que aferrarse al resultado sino disfrutar el camino”, dijo. A nivel mental, destaca el impacto positivo: “Me obliga a estar presente, a sentir mi cuerpo en cada movimiento, a desarrollar un vínculo cuerpo-mente que antes no conocía”.

Aunque reconoce que hay varios espacios donde se puede entrenar, considera que la disciplina aún no está del todo instalada: “Todavía hay poca gente que la práctica y falta más difusión”. Por último, dijo que su objetivo es tan simple como profundo: “Tener 60 o 70 años y que no me duela nada. Poder caminar por mi cuenta, envejecer bien y con autonomía”. La calistenia, para él, no es solo un deporte: es una inversión a largo plazo en salud y calidad de vida.

 Ailén Rodríguez: romper límites desde el entrenamiento

Ailén tiene 24 años y entrena calistenia desde 2023. Alumna de Zeus Calistenia, nos comentó que en poco tiempo logró grandes avances: dominó ejercicios básicos, participó en competencias y hoy está finalizando el instructorado.

Su historia rompe estereotipos: en su última competencia obtuvo el segundo puesto en una categoría mixta, compitiendo con hombres. “La calistenia es para todos, y como mujer quiero dejar en alto que podemos superar cualquier límite que nos impongamos”, testificó con orgullo.

La calistenia es un deporte para cualquier persona que quiera dominar su propio peso corporal y transformar su estilo de vida. Hombres, mujeres, jóvenes o adultos: todos pueden practicarla. “Mi experiencia como mujer es dejar en alto que podemos superar cualquier límite que nos propongamos. En octubre de 2024 participé en una competencia de resistencia en Paraná, Entre Ríos, y obtuve el 2° puesto compitiendo contra hombres. Fue un logro personal que me llenó de orgullo y motivación”, reveló.

“La manera de ver el prejuicio es de quien no está preparado para trabajar con su propio peso corporal”

A las futuras calisténicas, les desea paciencia, voluntad y esfuerzo para poder dominar su fuerza, su cuerpo y su visión sobre esta disciplina. Además, considera que lo único que da resultado es la constancia, y que es completamente normal que al principio ningún ejercicio salga como se espera, pero que todo llega con práctica y disciplina.

A su vez, cuenta que el deporte no solo transformó sus hábitos, sino que también le dio valores y creencias muy valiosas. Aprendió a descansar mejor, a aumentar sus horas de sueño y a mejorar su alimentación, comprendiendo que todo eso se refleja directamente en el rendimiento y la recuperación.

Para ella, el movimiento es salud, y lo más importante es avanzar al menos un 1% cada día. Cree que animarse a darlo todo es el primer paso y sostiene que “si no estamos dispuestos a dedicarle tiempo a nuestra salud, no veremos resultados”.

Actualmente está finalizando el instructorado de calistenia y expresa su deseo de acompañar a todas aquellas chicas que quieran comenzar este camino. “Pueden contar conmigo para lo que necesiten: ya sea armar una planificación con seguimiento, entrenar fuerza, resistencia, verticales o ejercicios estáticos”, aseguró

En plazas, gimnasios o en casa, con o sin equipamiento, lo único verdaderamente necesario es la voluntad de empezar. Aunque el progreso pueda ser lento, cada pequeño avance cuenta. Estas son solo algunas de las voces de quienes practican la calistenia en la ciudad, pero hay muchos más espacios y lugares en Concordia donde esta disciplina sigue ganando fuerza. Como dicen quienes ya lo viven en carne propia: constancia, paciencia y compromiso son los pilares que sostienen el entrenamiento.