Fútbol
Sánchez, Vercellino y Miño: fútbol, amistad y formación de grupos
“El respeto que se tiene el uno al otro es fundamental para que esto siga” por más de 2 décadas, dijeron a 3200.
“Estábamos hablando con el Rana que ya vamos para 23 años juntos y a Martín lo conocimos en 2005/2006 en Estudiantes y desde ahí no paramos, seguimos juntos”, empezó diciendo Matías Vercellino, más conocido por su apodo de “Conejo”.
Más de dos décadas juntos
Precisó que a “Rana” Miño lo conoció un poco antes en Estudiantes. “Éramos los más jóvenes. En ese momento, estaba Sapi Tealdo, Martín Grissé, los grandes, y nosotros formando nuestro grupito se hizo una amistad y la llevamos por años”.

Lo que los unió, en aquellos inicios de siglo XXI fuer las edades “porque éramos los más chicos y los más mimados de Mario Delduca que fue nuestro técnico”, admitió Miño y agregó: “éramos los más chicos, por las edades arrancamos a salir, a conocernos, a compartir otras cosas y creo que por ahí nace la amistad”.
Martín “Negro” Sánchez recordó: “llegué a Estudiantes en 2005 y ahí éramos todos medio parecidos con la edad así que caímos ahí y, más que nada, el respeto de cada uno lleva a la unión, al seguir compartiendo cosas y, hoy en día, seguimos por el respeto que cada uno tiene”.

Inmediatamente después, aclaró en el inicio de la charla con el programa radial de “3200, el código del deporte” (sábados de 10 a 12 por FM 88.7): “Fueron años lindos y la verdad que, a pesar de los años, eso de jugar juntos no es que lo buscamos, sino que se dio una vez y después, cada vez que me llamaban a mí, al Conejo o al Rana para jugar en un club siempre los tres. Se fue dando así, no es que imponemos ir los tres”.
-¿Se disfruta más jugando con un amigo?
-Martín: la verdad que sí, lo disfrutamos. Aparte, cuando vos necesitás el aliento de un amigo que te ve sin ganas de ir a entrenar o que pasa algo, nosotros siempre estamos. Por eso creo que seguimos: si fuese cada uno por su lado, creo que más de uno hubiera dejado. Hoy estamos siguiendo por el aliento que nos damos entre los tres. Es fundamental.

– Ramiro: Por ahí tenés más confianza con uno que con otro, pero nos comunicamos bien los tres y si necesito, el que esté más a mano, ninguno tiene problema.
¿En la cancha también ayuda el hecho de conocerse más?
-Ramiro: sí, totalmente. Yo por ahí con el Cone compartíamos más la banda: yo jugaba de 4 y él de 8 y jugábamos de memoria. Ahora no nos toca compartir tanto la banda, pero por ahí la confianza en la forma de hablar siempre está. Incluso una puteada sabemos que es de buena fe. Es adentro de la cancha.
-Martín: también nos enojamos entre nosotros, cuando nos enfrentamos en partidos de práctica, pero después no pasa nada. Eso es lo lindo, también.
Incluso, por ahí la gente misma o el técnico que está del otro lado te lo hace sentir, que sí nos conocemos. Ha pasado que vos escuchás al técnico del otro lado que dice: “no lo dejes patear a Vercellino que se la tira a Sánchez”. Los del otro lado ya saben eso.
A su turno, “Cone” eligió el camino de destacar virtudes de sus dos grandes amigos: “destaco lo buena gente y lo familiero que son, porque compañeros en la cancha podés tener muchos, pero buena gente y que tengan una química no hay tantos. Es así, más de 20 años juntos no es común”.

Consultado por los mejores momentos, dicen que “creo que últimamente, serán 5 años atrás, es que venimos logrando objetivos importantes. Entonces, no sé si nos llevan por cábala o para jugar”, bromeó y el Negro completo: “dicen: ya no importa la edad, traelos. Armen un grupo por lo menos, después vemos qué hacemos con ellos”, sonrió.
“Formadores de grupo”
Los tres saben que han construido una fortaleza a su alrededor: la capacidad de vincular positivamente a los integrantes de un equipo. “La mayoría de los clubes donde estamos yendo, en los últimos años, siempre nos piden el grupo. Es como que ya saben que somos formadores de grupo, así nos han dicho”.
“’Nos encanta cómo forman los grupos’, nos han dicho en todos lados donde fuimos. Entonces, llego a la conclusión de que faltan formadores de grupo y la verdad que nosotros, sencillamente, no hacemos nada distinto: una comida, juntarnos a charlar, terminar la práctica y juntarnos a tomar una Coca. Algo sencillo que, por ahí, en algunos clubes cuesta. Eso es lo que forma al grupo, realmente”, reflexionó.

“Creo que es eterna la Coca, la Cocucha. Creo juntarse a tomar una, después de la práctica, es clave”, afirmó Ramiro y agregó: “en un equipo hay distintas personalidades, chicos que no hablan mucho y tomar una Coca, compartir, les permite entrar en confianza y empiezan a largar. Ahí se empieza a armar el grupo”, reflexionó.
El paso por los clubes de Concordia
Cuando se conocieron en el “Verde” concordiense, Vercellino provenía de Las Heras y Miño del Club Hípico. Sánchez, que se sumó después, había jugado en Libertad. Entonces, Estudiantes Concordia entrenaba en el predio del Club Pesca y lo dirigía Curbelo.

Eso fue hasta 2008; mientras que al año siguiente emigraron a Libertad y luego siguieron juntos por Colonia Ayuí, San Lorenzo de Villa Adela, volvieron a Estudiantes y ahora están juntos en el primer equipo en Alberdi de La Criolla. Hubo apenas algún intervalo cuando alguno de ellos, como el “Negro” cuando estuvo en Libertad, que no compartieron equipo.

¿Cuál fue el equipo que más disfrutaron jugar juntos, sin desmerecer el presente?, fue la pregunta de @3200deportes a la que Sánchez respondió: “creo que en Colonia Ayuí los tres hicimos un gran torneo y fue realmente hermoso jugar ahí. Linda gente, nos sentimos muy bien”, marcó y aclaró: “no es que en otros lados nos sentimos mal, sino que ahí los tres tuvimos un buen rendimiento y la gente nos lo hizo saber”.

“En Estudiantes teníamos un grupo bárbaro, pero como no se dan los objetivos, por ahí se empaña todo eso. Pero con chicos que te encontrás de esa época, se habla del grupazo que teníamos”, marcó Vercellino al respecto.

Luego, agregó: “no vamos a negar que, hoy en Alberdi, estamos re cómodos. Por ahí no tenemos tanto el afecto de la gente que teníamos en Ayuí, pero lo que son los chicos tiran todos para adelante, te preguntan si necesitás algo. Siempre están”, agradeció.
En las buenas y en las malas también
Aún estaban en Estudiantes Concordia cuando un amigo necesitó que le tiraran un centro en su vida personal, más concretamente por temas de salud. Y ahí estuvieron los amigos: “Lo poco que pudimos hacer, lo acompañamos a Cristian, “Poroto” Correa como le decíamos. Ya hay cosas que escapan de uno. Estuvimos esos 6 meses con él y se nos fue”, dijo “Conejo”.
“Era un gran amigo de nosotros, muy allegado a nosotros. Recuerdo que la familia de él no estaba muy unida y éramos nosotros los que acompañábamos bastante”, contó “Rana” y relató una anécdota: “me acuerdo que una vez que tenía unos botines de fútbol 5, se los vendí a mi patrón y con esa plata me tomé un colectivo un viernes a la noche y caí en el hospital Durand de sorpresa”.

Entonces, el hospital General de Agudos “Carlos Durand”, ubicado en avenida Díaz Vélez de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, fue un lugar frecuentado por ellos. “Me acuerdo que la gente de Estudiantes nos había dado una mano, consiguieron unos mangos para comprar unas cosas para ayudarlo a él y para el padre que estaba más con él”, agregó.
También, comentó: “nosotros nos íbamos un fin de semana, organizábamos el auto del Conejo, que era el que tenía y nos íbamos de la nada”, dijo y cerró: “son anécdotas que nos quedan y también ayudó a unir la amistad que tenemos hasta el día de hoy”.
Vivir el presente
De vuelta a este 2024, cabe decir que están afrontando el segundo semestre del año con el Club Juan Bautista Alberdi de La Criolla, localidad del Departamento Concordia. Este domingo, con dos goles del “Negro”, vencieron 3 a 1 a Victoria, el vigente campeón de la Copa de Entre Ríos. De esta manera alcanzaron los 20 puntos y marchan terceros tras 12 fechas (La Bianca lidera con 22 y Libertad le sigue con 21).

El goleador del partido domingo, dijo que el fútbol de hoy “ha cambiado mucho” en la parte física. “Siempre nos acordábamos de San Carlos, era una pretemporada dura y no querías ir a San Carlos. Eso ha cambiado mucho, se trabaja más en cancha y la verdad que se trabaja bien, se nota que si no estás bien físicamente, a nuestra edad, no podríamos jugar. Se trabaja de otra manera para mejor”, aseguró.
Ramiro, a su turno, contó: “los chicos de ahora no sé si sienten tanta responsabilidad como antes que, si llegabas a Primera y los más grandes se enteraban que vos salías, te lo hacían sentir. Ahora tenés que tener un poco de paciencia, mirar para otro lado”.
Lo que no se negocia es “el compromiso que es clave. Los que somos más grandes vemos a un compañero, por ejemplo un albañil que labura 14 horas y va a entrenar a la noche con nosotros. El sábado, a las 8 de la noche, está durmiendo porque quiere cumplir al otro día”, elogió y comparó: “los bebés (por los más jóvenes) se acuestan a las 6 ó 7 y por ahí te rompen las guindas, pero hay que adaptarse a la situación porque nuestro fútbol es súper amateur”.

Matías, en tanto, habló del club actual: “nos propusimos pelear bien arriba y lograr el objetivo de entrar al Petit Torneo. Arrancamos muy bien y después vino una seguidilla de malos partidos, perdimos 3 seguidos de local. Hubo reuniones, nos propusimos sacar esto adelante y metimos 6 partidos hasta que, el fin de semana pasado, perdimos con Santa María de Oro. Pero, estamos ahí”, enfatizó.
“Tenemos un plantel bárbaro. Por ahí, sale un buen fútbol el jueves y el domingo somos desconocidos, pero fueron esos tres partidos de local que no entendemos qué pasó, pero ahora estamos bien encaminados, los chicos están metidos”, destacó.
Dijo que ir hasta el pueblo de arándanos, naranjas y viveros, “para nosotros es un cable a tierra de la rutina diaria. Agradecemos a la gente de La Criolla por el esfuerzo que hacen: somos 7 de Concordia, se hace un esfuerzo para que podamos ir 3 veces a la semana a la práctica”, ponderó.

Para finalizar, en pocas palabras definieron la amistad que celebraron este 20 de julio como cada día que comparten desde hace más de 2 décadas: “amistad es compromiso y respeto hacia la persona que tenemos al lado”, definió “Cone”; “es eso sí: respeto y fidelidad con el compañero”, agregó “Rana” y cerró el “Negro”: “el respeto que se tiene el uno a otro es fundamental para que esto siga año tras año”.