Rugby
Rugby en Pascua: la tradición georgiana que mezcla deporte, memoria y fe
En un pueblo de Georgia, la Pascua se juega con una pelota de 16 kilos, sin reglas y con el corazón puesto en la memoria.

En el pequeño pueblo de Shukhuti, al oeste de Georgia, el Domingo de Pascua no se celebra con huevos de chocolate, roscas ni asados familiares. Ahí, la Pascua se juega. Y se juega fuerte.
Cada año, los habitantes del lugar se reúnen para disputar una versión ancestral del rugby conocida como “Lelo burti”, un durísimo encuentro sin tantas reglas claras, donde dos equipos —representando a la parte alta (Zemo) y baja (Kvemo) del pueblo— se enfrentan por una pelota de cuero de 16 kilos. El objetivo: llevarla hasta el extremo opuesto del pueblo, a veces cruzando calles, campos e incluso cementerios.

Técnicamente, no hay un reglamento escrito. El juego se rige por costumbres orales y un código comunitario de honor, pero hay algunas “reglas” no oficiales que todos conocen y respetan: no se puede golpear en la cara, no se permiten armas ni objetos y no se lastima a los espectadores (que están al lado de la “gresca”). Si está permitido empujar, forcejear, correr con la pelota, esconderla, e incluso avanzar con ella por dentro de casas o patios.
Tradición con historia
El origen de este juego se remonta a varios siglos atrás, y se celebra únicamente el Domingo de Pascua, como parte de una antigua tradición ligada a la Iglesia Ortodoxa Georgiana. Pero más allá de lo deportivo, el lelo tiene una profunda carga emocional: el equipo ganador dedica la victoria a un ser querido fallecido, llevando la pelota hasta su tumba como forma de homenaje.
En 2017 el equipo de Zemo Shukhuti ganó el Lelo Burti en un tiempo récord de solo 20 minutos, un hecho inusual para este juego que suele durar varias horas. La victoria se logró cuando la pelota, tras un rebote inesperado, rodó una distancia considerable fuera del tumulto, permitiendo a los jugadores de Zemo tomar posesión y llevarla rápidamente a su meta.Ese año, los amigos de Mamuka Mshvidobadze, un muchacho del pueblo que había fallecido hacía poco tiempo, cumplieron su promesa: ganaron el lelo y llevaron la pelota a su tumba.

Deporte, comunidad y espíritu
No hay árbitros. No hay reglas. No hay límites de jugadores. Solo la comunidad, la pelota y una tradición que transforma la Pascua en una manifestación única de identidad, pertenencia y recuerdo. Cada golpe, cada empujón, cada grito tiene un propósito más grande: celebrar la vida y la memoria, todo a través del deporte.
Los “Lelos” es como se conoce a la selección de rugby de Georgia, un equipo que se caracteriza por su fortaleza, su aspereza y su fuerte identidad de grupo.En tiempos donde el rugby moderno está marcado por tácticas, estadísticas y reglamentos, el lelo burti nos recuerda algo esencial: que el rugby, en su forma más pura, nace del corazón de una comunidad.