Bádminton
El deporte de la raqueta más veloz del planeta
Es olímpico, se juega con una pluma que supera los 400 km/h y tiene su epicentro entrerriano en Paraná y Gualeguaychú.
Cuando pensamos en velocidad de raqueta, imaginamos el saque de un tenista. Sin embargo, el bádminton pulveriza ese récord: mientras un saque de tenis de elite ronda los 250 km/h, el remate (smash) de bádminton puede superar los 400 km/h (el récord mundial es de 565 km/h). Estamos hablando de un deporte olímpico que exige reflejos sobrehumanos y una condición atlética extrema, muy lejos de la imagen recreativa del “juego de playa”.
Del ‘Poona’ indio al ‘Badminton’ inglés
Durante siglos, existieron juegos ancestrales en Asia (como el Ti Jian Zi en China) y Europa que consistían en golpear un volante con plumas. En la Inglaterra medieval, por ejemplo, era muy popular el “Battledore and Shuttlecock”, un juego cooperativo donde dos personas simplemente trataban de mantener la pluma en el aire el mayor tiempo posible, sin red ni competencia.

El salto a la modernidad ocurrió en la India Británica, alrededor de 1860. Los oficiales militares británicos destinados en la ciudad de Pune (entonces llamada ‘Poona’) adaptaron el juego local. El cambio revolucionario fue añadir una red en el medio, transformando el pasatiempo en un deporte competitivo. Lo llamaron “Poona”, por la ciudad.
En 1873, varios de estos oficiales regresaron a Inglaterra. Durante una fiesta en la finca rural del Duque de Beaufort, en Gloucestershire, llamada “Badminton House”, decidieron mostrar este nuevo y exótico juego. Se dice que, como el clima inglés no ayudaba, lo jugaron en el interior del salón. El juego fue un éxito inmediato entre la aristocracia y fue bautizado con el nombre de la finca donde se presentó en sociedad. Pocos años después, en 1877, se publicó el primer reglamento oficial y nació el deporte moderno.

Prohibido que pique
El bádminton se juega en una cancha rectangular (similar a la de tenis, pero más pequeña) con una red alta. El objetivo es golpear el volante (también llamado pluma o shuttlecock) con la raqueta para que cruce la red y caiga en el campo del oponente.
La regla de oro es que el volante no puede picar en el suelo. El juego es una serie constante de voleas. Lo que lo hace tan espectacular es la velocidad de la pluma, un proyectil aerodinámico que obliga a los jugadores a tener un tiempo de reacción sobrehumano. Se juega en individuales (1 vs. 1) o dobles (2 vs. 2).

A nivel mundial, el deporte es regulado por la Badminton World Federation (BWF), fundada en 1934. Este organismo, reconocido por el Comité Olímpico Internacional (COI), es el que organiza el circuito mundial, los campeonatos del mundo y el torneo en los Juegos Olímpicos, donde el bádminton debutó oficialmente en Barcelona 1992.
En Argentina, ¿y en Entre Ríos?
En nuestro país, la disciplina está organizada por la Federación de Bádminton de la República Argentina (FEB ARA), fundada en 1982. Esta entidad gestiona el circuito nacional y es la encargada de conformar las selecciones nacionales. En los últimos años, se han destacado jugadores como Nicolás Oliva (quien ha competido en ligas europeas) e Iona Gualdi, ambos referentes habituales de la selección argentina en torneos panamericanos.

Si bien el desarrollo más fuerte se encuentra en Buenos Aires, Neuquén y Córdoba, la provincia de Entre Ríos cuenta con representación organizada. La Asociación de Bádminton de Entre Ríos (ABER), con sede en Paraná, y la Asociación de Bádminton de Gualeguaychú (ABAG) son las entidades afiliadas a la federación nacional que impulsan el deporte en la provincia. Son estas ciudades las que concentran la práctica federada y la organización de torneos provinciales.








