Rugby
Un ruso de corazón rojo y de alma juniors
Símbolo de Los Espinillos, campeón en dos oportunidades y verdugo de su rival histórico. Hoy en Alma Juniors, Tomás Burna se sometió a un mano a mano con 3200.


El concordiense se inició en el rugby en el Club Los Espinillos donde transitó todas las categorías formativas y con 19 años pudo debutar en el plantel superior. Jugó torneos provinciales y se coronó campeón con el “Rojo” en el 2018 y en el 2019 ganándole la final a su clásico rival: Salto Grande.
El “Ruso” cómo lo apodaron en el club, vistió la camiseta de la Unión Entrerriana de Rugby de Desarrollo y fue convocado por la Selección de Entre Ríos Mayor para participar en el Seven de la República en 2019. Además, tuvo su paso internacional por Bandeirantes Rugby Club de Brasil.


En 2020 se sumó al Club Alma Juniors de Esperanza Santa Fe para jugar en el segundo nivel del Torneo Regional del Litoral. Este año, Tomás se encuentra disputando la tercera temporada ya que en el año que arribó la pandemia puso pausa a la actividad deportiva.
“Comenzamos un torneo largo y muy competitivo. Si bien, arrancamos hace poco el equipo está demostrando que quiere ser protagonista. La idea es hacerse muy fuerte de local, eso es fundamental para lograr las metas que nos propusimos. Tenemos un grupo sólido que quiere pelear nuevamente por la reclasificación o quien te dice por el campeonato”, expresó Burna.


A continuación, contó cómo fue su adaptación en la institución ubicada en el centro-este de la provincia de Santa Fe. “En el Club Alma Juniors me hicieron sentir parte del grupo desde el inicio por suerte me adapté rápido y eso lo hizo más fácil. Tanto la comisión directiva y el staff de entrenadores te simplifican todo para que solo entrenes y puedas estar a la altura de la competencia. A su vez, la ciudad de Esperanza es segura, con muchas actividades para hacer y pasar el tiempo óseo. Mi familia también se adaptó rápido y hoy estamos felices de estar acá”.
Hoy el plantel principal de Alma Juniors cuenta en su plantilla con siete entrerrianos que se fueron sumando años posteriores a la llegada de Tomás, ellos son: Ignacio Burna y Rodrigo Peroud (Concordia), Michael Volpe (Paraná), Luciano Waisprot y Alán Sánchez (San Jaime), Agustín Vera (Concepción del Uruguay). Además, Gacela Méndez de es un integrante del cuerpo técnico y se encarga del entrenamiento de los forwards.


En este sentido, el jugador contó cómo es el día a día con ellos y dijo que “es súper normal y llevadero. La verdad que compartir grupo con compañeros que alguna vez fueron rivales es muy bueno. Otro ambiente, otras experiencias. Hay una conexión que va más allá de una cancha de rugby porque nos juntamos a comer los días pre partido o a tomar mates un domingo. Somos una familia”.
Sobre sus metas remarcó que “en lo personal tengo objetivos grupales. Quiero hacer un buen campeonato, quedar entre los 4 primeros con el club y volver a pelear la reclasificación. Esta vez con más experiencia. Creo que estamos para eso con Alma Juniors disfrutando el proceso con metas cortas”.


SU IDENTIDAD CON EL ROJO
El último fin de semana largo, Burna regresó a su ciudad natal y pasó a saludar a sus ex compañeros y a las categorías menores. “Cuando me hago una escapada a Concordia lo primero que quiero es ir al club. Ver la gente con la que me crié y la que me ha inculcado los valores del rugby. Por eso también trato de devolverles eso a través de un entrenamiento o un consejo tanto para la primera como para las inferiores. Que me reconozcan es un mimo. Quiero ser recordado como buena persona antes que buen jugador”, contó.


“Lo que extraño de Los Espinillos son los amigos. También jugar los clásicos con ese ambiente que le ponían los juveniles y padres del club para que sea una fiesta. Veo el club creciendo a pasos agigantados. Me pone muy contento que tengan tantos infantiles y juveniles, eso habla del buen laburo que están haciendo”, afirmó posteriormente.


Por último, señaló que “el tiempo dirá si alguna vez me vuelvo a poner la camiseta de Los Espinillos en un futuro. Las ganas siempre están pero hoy pienso mucho en el estilo de vida que tengo en Esperanza y se hace algo difícil volver. Así que dejo todo en manos del destino. Donde quiera que esté siempre llevo conmigo al club, agradecido por todo lo vivido, en las malas y buenas experiencias. El Rojo siempre está en mi corazón”.

