Cultura
El profesor que “hace lío” en la escuela
“La semilla de todo fue la curiosidad”, dice “Memi”, que celebra la música procurando ser agente de cambio como le inculcó Francisco.
Allá por 2013 fue uno de los 3,5 millones de jóvenes que participó en la históricas Jornadas Mundiales de la Juventud. En consecuencia, fue de las primeros en recibir ese llamado a la acción que hizo el recientemente envestido Papa Francisco: “¡Hagan lío!”, le dijo a los jóvenes argentinos en la Catedral de San Sebastián, el jueves 25 de julio de 2013.
Salió afuera, como pidió Francisco
Quizás no lo supo en ese momento de profunda movilización, de ese impulso dominante por vivir intensamente el presente, pero Emiliano Pérez Sirán internalizó ese mensaje del Papa que había llegado a Roma desde el “fin del mundo”, como el propio Jorge Bergoglio había dichos unos meses antes. Hoy en día, es el profesor de música que lleva 7 años celebrando el día de la música de un modo “un tanto disparatado”, como definió Lalo Mir cuando visitó la Escuela Monseñor Ricardo Rösch de Concordia, el año pasado.

“¿Qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío. Que acá dentro va a haber lío… va a haber, que acá en Río va a haber lío… va a haber, pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos, las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir, si no salen se convierten en una ONG ¡y la Iglesia no puede ser una ONG!”, pronunció el Sumo Pontífice.
Y el docente fue a la acción, como miles, tal vez millones, lo hicieron en sus respectivos ámbitos. “Memi” lo hizo en el ámbito de la educación, al que llegó un poco por la pasión por la música y otro poco por las vicisitudes de la economía argentina que, en principio, no le permitieron seguir los estudios que fuera de Concordia hubiese querido hacer.
Hasta el momento, rompiendo los límites del aula llevó la actividad al Salón de Actos y luego al playón escolar de la Escuela Primaria N°92 “Monseñor Doctor Ricardo Rösch”. Ha habido homenajes a Pappo, Gustavo Cerati, Luis Alberto Spinetta, Gilda, Fito Páez y Patricio Rey y los Redonditos de Ricota.

La semilla de la curiosidad
“Es una experiencia bastante particular, muy particular en lo personal y yo creo que la semilla de todo eso fue la curiosidad y el plantearse: ‘¿che, y si pasa esto o si hay una posibilidad de…?’ Así empezó la locura y este disparate, en palabras de Lalo Mir”, contó en el programa radial de “3200, el código del deporte” y agregó: “agradezco un montón a la escuela que también es una bisagra importante para poder habilitar el espacio y también acompañar. Fue acompañando un montón el proceso”.
Si de compañías se trata, el músico concordiense Luciano “Luchi” Ríos es un as de espadas en el proyecto educativo. Como miembro de la comunidad, siendo papá, acompaña en cada aventura que se concreta cada 22 de noviembre, en el Día Internacional de la Música.
“Acompañó del desde el inicio y para mí no deja de ser un referente. Es muy particular el vínculo con ‘el Luchi’ porque, hoy por hoy, somos amigos, también laburamos en este proyecto juntos, pero no deja de ser como ese referente que yo tuve y un músico hiper talentoso”, elogió.
El recital que lo marcó musicalmente
Un alto en el relato cronológico viene el caso. ¿Por qué dijo que el bajista es su referente? Poco antes, en la entrevista que puede repasarse ingresando a nuestro canal de Youtube: @3200deportes, Pérez Sirán contó: “el papá de uno de mis amigos de la infancia, que ya falleció y siempre tengo presente, fue el primero que nos invita a ver a Sapo, la emblemática banda Sapo, en el Auditórium”, recordó sobre el power trío que integraron Ríos, Ángel Tagliapietra y Sebastián Arlettaz.
“Para nosotros, en ese tiempo de chicos, escuchar en vivo un tema de Joel Satriani o de Steve Vai tocado por gente de acá, con una puesta en escena que era una locura para ese momento”, destacó y aportó: “la entrada a 5 pesos. Dato de histórico. Era muy fuerte y eso sí ha marcado mucho mi parte musical”.

“Qué loco lo que puede generarse en el aula”
Luego de formarse a nivel particular, llegó otro momento importante: el de su formación en el nivel superior. “Yo quería irme a estudiar Licenciatura de guitarra en Santa Fe y era complicado económicamente todo”, recordó y contó que “la idea era hacer el Profesorado de Música como para tener una base, poder laburar y bancar cuando me vaya a estudiar esa carrera que quería”.
Sin embargo, algo nació en él. “La experiencia fue, cuando era todo lo que yo nunca quise, que cuando fui por primera vez a hacer una observación dije, ‘Che, qué loco lo que se puede generar en el aula’. Y ahí empezó el camino. Se suma la docencia a la vida, digamos”, celebró.

Pablo Comas, en el principio
Vuelta a su experiencia que empezó antes de la pandemia con, claro está, un reconocimiento 100% concordiense. “La primera vez justo coincidió con el fallecimiento de Pablo Comas, que fue un músico que influyó mucho a las generaciones de acá de Concordia”, mencionó y recordó lo que fue aquel 2016: “fueron sus sobrinos y algunos músicos particulares que tenían un vínculo muy cercano con él y se escuchó cómo a todos los chicos empezaron a tocar temas clásicos de rock nacional, como a todos los chicos agitando”.

“Me acuerdo que fue ‘De música ligera” que generó un clima”, mencionó luego sobre lo que ocurrió en noviembre de 2017 junto a los invitados de “Reseteo”, banda tributo a Soda Stereo. “El proyecto fue también creciendo y va evolucionando”, marcó el docente que también, en el plano artístico, integra la banda “Sawabona Shikoba”.

Luego, llegó el turno de Norberto “Pappo” Napolitano. En esa ocasión, el escenario lo ocupó el grupo “Los Cachorros”, que también contó con la presencia del musicoterapeuta Julián Presas. “Creo que los alumnos no saben lo que están viviendo. Muchos papas me lo dicen. Capaz en el futuro solo digan ‘tuve un profe que nos hacía escuchar Spinetta’, y cuando escuchen un acorde de un tema del Flaco lo reconozcan. Son cosas que quedan en el oído”, había dicho allá por 2018.

Al año siguiente, más precisamente el viernes 23 de noviembre, los alumnos del jardín y la escuela primaria realizaron un homenaje a Luis Alberto Spinetta, en el marco del acto por el día de la música. “El que a mí más me toca el corazón de los proyectos fue el de Spinetta porque fue Sapo a tocar con los chicos y para mí fue como revivir un montón de cosas”, admitió y agregó: fue muy lindo, aparte yo les había mandado una carta a cada uno de los tres y, cuando nos juntamos, era como estar tocando, estar hablando con tus ídolos. Fue para mí muy particular, en lo emocional”, reconoció en el segmento cultural de 3200 en Radio.

Gilda, tras la pandemia
Tras la pandemia, llegó en 2022 el momento de retomar las actividades masivas y la ocasión terminó siendo una de las más disruptivas, ya que la homenajeada fue una dama y que de destacó fuera del rock que había predominado en las 4 ocasiones anteriores.
Llegó el tributo a Gilda y los pequeños de la escuela primaria estuvieron acompañados por cinco cantantes: Lucía Escobar, Antonella Mengeón, Lorena Scola, Evangelina Sdavila y Analía Viera. Además, hubo músicos como Josefina Vicario en el bajo, Elián Martínez en guitarra, Emanuel Boquio en teclados y Valeria Goy en batería.

“A Gilda la elegimos para poner una mujer y cambiar un poco el estilo que veníamos haciendo”, explicó y marcó que aquel 25 de noviembre de 2022 “hizo muchísimo calor y había muchos cortes de luz. Me acuerdo que terminan de conectar todo, íbamos a empezar la prueba de sonido y se corta a lo que yo dije: ‘Bueno, si sobrevivimos a esto’. Lo tuvimos que empezar un poco más tarde, pero hizo muchísimo calor y el salón explotó de gente. Ahí fue donde también Luchi, que ya venía insistiendo con que la fiesta había que sacarla afuera, así que después de Gilda se tomó la decisión de intentar hacerlo en el playón”.
Saliendo de la “zona de confort”
“Ahí sí fue zarpado, digamos, el paso de salir del Salón de Acto, que es nuestra zona de confort en la escuela, al playón que implicó otra movida”, reconoció anticipándose a lo que sucedería en 2023, cuando el tributo fue a “Fito” Páez. Pero, antes, agradeció: “siempre agradecido con la escuela, toda la comunidad de la escuela acompaña un montonazo y también son parte de la fiesta y al equipo: Emilio Quiroz, Luchi Ríos, Julián Presas y Mauro Aquino, Son unos cracks en lo que hacen”, definió.

“La sexta edición de esta fiesta por el día de la Música, se vivió el viernes 24 de noviembre un homenaje en vida al músico rosarino Fito Paez. Los alumnos de primero a quinto grado conocieron la historia del músico e interpretaron, vestidos como verdaderas estrellas de rock, algunas de sus canciones más conocidas”, relató entonces Tomás Bodean para El Entre Ríos.
Y llegó la última, hasta el momento, cuando el viernes 15 de noviembre de 2024 otra vez se hizo lío en el playó escolar, desbordado literalmente hasta el portón que da a calle Tucumán. Las canciones de Patricio Rey y los Redonditos de Ricota, con el apoyo musical en escena de la banda concordiense La Parabellum y la presencia estelar de Lalo Mir que viajó hasta Concordia especialmente para ir a la celebración, fueron cantadas por cientos de voces de niños.
“El año pasado fue la Banda del Regimiento, lo que también fue una locura y hay una parte que es la que a mí me gusta resaltar, que yo creo que es la clave que destraba todo, que es como profe poder desaparecer en un momento”, sostuvo y explicó: “porque uno va proponiendo que los chicos toquen con vos los temas. Por ejemplo, me acuerdo que un día en el aula empecé a tocar ‘La Bestia Pop’ y dicen: ‘sí, profe, esa canción creo que mi papá la cantó’. Y nada, desconocían hasta que tres meses después ya están coreando”.

Entonces, afirmó, ocurre la magia: “Ahí el momento donde yo le digo: ‘chicos, tienen que ensayar porque va a venir la banda’. Ahí está la clave, cuando vos como profe decís: ‘bueno, está. La cantan conmigo en el aula, pero en un momento va a venir la banda’. El año pasado, La Banda del Regimiento mandaba videos, todo. Entonces, cuando se encuentran para mí es lo mágico del proyecto. Por ejemplo, cuando fue La Parabellum a hacer un acústico y hasta los gurises de la banda quedaron como: ‘Che, esto es una locura’”.
El valor de lo invisible
Para finalizar, contó “lo que no se ve o no se comunica tanto”, que tiene que ver con las experiencias que moviliza a la comunidad entera. “Es muy loco, pasan un montón de sensaciones y ver los testimonios de papás o, por ejemplo, fotos, videos, audios, cosas que te cuentan de la experiencia”.

A modo de ejemplo, contó “una muy cortita que fue significativa: un papá, cuando estábamos armando la prueba de sonido de lo de Soda Estéreo, fue a dejar a la hija y, en la puerta, me abrazó y me dijo que él vio el final de Soda y me dijo: ‘escuchar a mi hija cantando las canciones que yo escuchaba en ese momento era como volver ahí’”.
“Hay muchos audios y mensajes de cariño de la familia, de la escuela y de gente también externa que va a participar de los eventos, que está bueno. Te llena un montonazo. Y aparte también es como que hacer resurgir un poco esas bandas que por ahí tienen generaciones más grandes y los chicos empiezan a cantar los temas, empiezan hoy en día con la tecnología a descubrir cuáles eran esas canciones, se interesan”, destacó satisfecho por lo hecho y listo para un nuevo desafío del que pronto se conocerán más detalles.
