Turf
Desde Concordia, al corazón del turf en Buenos Aires
Con humildad, constancia y un profundo amor por los caballos, la joven jocketa Agustina Valdez se abre camino en un mundo tan apasionante como desafiante.

Actualmente, Agustina Valdez, está instalada en Buenos Aires, donde compite regularmente. En diálogo con 3200, el código del deporte comentó que su día comienza a las 6 de la mañana. Entrena o monta hasta las 11 y, si tiene carrera, luego de un pequeño descanso, parte hacia el hipódromo que le toque ese día.
“No soy de muchas cábalas, pero siempre me persigno antes de correr”, contó. Y aunque intenta planificar cada carrera viendo videos y analizando estrategias, sabe que en la pista, como en la vida, todo puede cambiar en un segundo. “Ahí es donde toca improvisar y decidir. Trato de estar lo más tranquila posible”, afirmó.

A su vez, destacó que en este camino, no está sola. “El trabajo en equipo es fundamental. Jockey, cuidador, peón, todos buscamos lo mejor para el caballo. Cuando se trabaja en conjunto, todo se hace más fácil”, valoró.
“Los caballos son mi pasión, estar con ellos es lo que más me llena”
Como toda historia real, también tiene sombras. “Los golpes, las caídas, las malas rachas… eso es lo más duro”, confiesa. Pero hay algo que siempre la levanta: la pasión. “Esto me llena, me da sentido. Esto es lo que amo, los caballos son mi pasión, estar con ellos es lo que más me llena. Aunque parezca loco, ellos me salvaron. No sé qué sería de mí sin ellos”.
Por otro lado, señaló que la primera carrera ganada fue con Dana Point, yegua al cuidado de Eusenio Boni, una experiencia que le dejó una huella imborrable. Su objetivo actual es llegar a las 120 carreras para obtener la licencia profesional, y sueña con competir en clásicos de grupo, el sueño de todo jockey.

Aunque no se proyecta como entrenadora, Agustina siente un gran interés por el mundo de la cría de caballos pura sangre de carrera, una actividad que le genera curiosidad y admiración. En cuanto al turf argentino, reconoce el momento complejo que atraviesa: “Si bien hay apoyo y visibilidad, la situación económica del país se hace sentir. Hoy es muy difícil mantener un caballo, y los premios están muy bajos”.
“Siempre hay algún comentario machista pero hay que reírse y seguir”
Como mujer en un deporte históricamente dominado por hombres, valora los avances logrados: “Gracias a Dios, hoy hay muchas más mujeres jockeys que se animan. Siempre hay algún comentario machista o algún grito desde la tribuna, pero hay que reírse y seguir. Dentro de la cancha competimos, pero fuera de ella hay mucho compañerismo. Lo más valioso siempre es la vida de un compañero”.
Además del turf, tiene una vida activa y llena de proyectos: está terminando el secundario y también estudia Analista de Sistemas, una carrera que le encanta. Cuando puede, se junta con amigos a jugar al fútbol, una forma de despejarse y compartir.

A quienes sueñan con seguir un camino similar, les deja un mensaje: “Con humildad, pasión, constancia y trabajo, todo se logra. Si querés, podés”. Y no oculta su deseo de dejar una marca: “Me encantaría ser una inspiración para otras chicas, como lo fueron para mí Andrea Marinhas, María Fleitas o Lucrecia Carabajal. Ellas me motivaron. Si yo también puedo inspirar a alguien, ya vale la pena”.
La historia de la concordiense es una muestra de que, a veces, el camino hacia uno mismo empieza cuando elegimos no rendirnos. Agustina demuestra que cuando el corazón galopa fuerte, no hay meta imposible.