Columnas
Del atletismo a la crónica policial
La historia de Juan Ignacio Segovia, un corredor que aprendió a mirar de frente la realidad y a correr la verdad.
Hay terrenos donde no se corre con zapatillas livianas. Hay historias donde no hay podio, pero sí peso. Él pasó de cruzar metas en las calles a caminar con cuidado entre escenas que duelen.
Antes corría en busca del reloj. Hoy corre detrás de la verdad. Periodista policial, testigo de lo que muchos prefieren no mirar, Juani aprendió que el silencio también puede ser una forma de gritar.
Ganó la Maratón Internacional de Reyes y también aprendió a perder cuando la realidad golpea más fuerte que cualquier entrenamiento. Esta es una historia de vida. De velocidad y pausa. De logros y de cicatrices. Esta es la historia de Juani.

Con esta introducción comenzó la columna Historia de vida en 3200 Radio, donde el protagonista fue Juan Ignacio Segovia, quien en primer lugar relató el momento exacto en que sintió que el deporte ya no ocuparía el mismo lugar en su vida.
“El año pasado lo sentí”, dice, y no duda en explicar por qué: “Lo noté cuando empecé a hacer mayores coberturas para el medio que tengo hoy, Concordia Policiales. Eso requería mucho tiempo, esfuerzo y dedicación. Ahora, con este trabajo, es todo lo contrario: a veces hay pocas horas de sueño, poco descanso, y hay que estar atento todo el tiempo. Me gusta estar en el lugar indicado, no importa la hora. Esa es mi forma de trabajar”, contó.

Tres palabras que no cambian
El espíritu del atleta, sin embargo, no desapareció. Juani encuentra un hilo común entre el que corre y el que investiga. “Siempre usé estas palabras: esfuerzo, trabajo y dedicación. Y las sigo usando para el diario digital. Hay que esforzarse, trabajar mucho y darle mucha dedicación a lo que uno hace para que salga bien, de forma profesional. En el deporte era igual: dependía de mí. Si no entrenás, si no descansás, si no te alimentás bien, no rendís. Todo depende de uno mismo”, resaltó.
A continuación, destacó que, sin dudas, hay una parte del Juani deportista que todavía vive en el Juani periodista. “La parte competitiva. Me gusta tener la primicia, ser el primero en subir algo. Me enojo cuando no la tengo o cuando otro medio publica algo que yo también tenía, pero aún no subí. Esa parte competitiva del deporte sigue viva. En el atletismo, hay que tener hambre de gloria. Y eso lo mantengo”.


En su día a día, cubriendo hechos policiales, aparece una pregunta inevitable: ¿cómo se cuida el corazón? En este marco, el joven responde desde el instinto: “Uno hace las cosas con cuidado. Muchas personas me preguntan si no tengo miedo, pero lo hago con trabajo, con pasión. No me fijo en lo que puede llegar a pasar. No me enfoco en el miedo ni en las consecuencias. Lo hago porque me gusta, porque esa es mi pasión”.
Ser observado, observar, aprender
Hay algo más que también cambió: el rol. Pasó de ser observado a convertirse en observador. “Desde que me dedico más de lleno al periodismo policial y judicial, aprendí mucho observando. Hay situaciones que antes no entendía, y al estar del otro lado uno aprende. Ahora entiendo por qué una persona no queda detenida, por qué se le da domiciliaria o libertad. A veces fui crítico de ciertas cosas, pero hoy, estando del otro lado, las veo distinto. El observar me hizo aprender y adquirir conocimientos que antes no tenía”.


Informar también es ayudar
También, en la entrevista en Oíd Mortales Radio comentó que hubo momentos en que informar significó ayudar. “Me ha pasado que algún dato que pasé a la policía dio resultados. La gente a veces me contacta por el sitio y me da información sobre lugares donde venden droga o cometen delitos. Yo paso esos datos a la policía y ellos investigan. Me siento parte, porque la gente encontró en el diario un lugar para contar lo que ve. Nunca revelo la fuente, y eso genera confianza”.


Trofeos y archivos: dos formas de memoria
En la casa de sus padres todavía están las medallas y trofeos. Pero hoy, el valor está en otro lado. “Los recuerdos deportivos están allá, llenos de polvo. En mi casa también tengo algunos trofeos viejos, pero hace tiempo que no compito. Lo que sí tengo es una base de datos que armé yo mismo, donde voy sumando información, cruzo datos, analizo casos. Me gusta mucho investigar, y eso lo sigo haciendo.”
Correr para disfrutar
Después de un tiempo alejado, en abril de 2024 en la entrevista contó que volvió a entrenar. “En julio del año pasado corrí el campeonato provincial de cross country sin expectativas, solo para correr, y terminé subcampeón. Fue una marca que nunca había logrado en esa disciplina. Después me dio un principio de neumonía y me desmotivó. Ahora trato de volver a estar en forma, aunque lleva tiempo. Tengo 30 años, y el cuerpo ya no responde igual. Ya no puedo correr tres días fuertes seguidos sin sentirlo. Ahora hago un entrenamiento y quedo dos días cansado. Mi idea es volver a competir en alguna carrera en Concordia o en la provincia, pero sin presionarme tanto”.

A su vez, dijo que hay algo que también cambió: la forma de vivir el atletismo. “Antes iba a las carreras con presión, quería ganar siempre. Hoy corro para disfrutar. Me pongo en la línea de largada y corro. Antes, cuando viajábamos a competir, solo descansábamos. Ahora, con Martín Méndez, que sigue siendo mi amigo y entrenador, lo tomamos más relajados”.
Un título que no se borra
Para cerrar la nota mencionó que, si tuviera que elegir un solo título deportivo entre todos los que logró, Juani no lo duda: “Me quedo con mi victoria en la Maratón Internacional de Reyes. Aunque fue una edición distinta por la pandemia, ganarla fue un gran logro. Está mi nombre grabado en la carrera más importante de Concordia. También representé a Argentina cinco veces, en mundiales y sudamericanos. Fui campeón argentino en juvenil y sub-23. Son recuerdos que van a quedar para siempre. Agradezco a mi familia, que siempre me apoyó. Hoy, aunque enfrento ciertos miedos por los casos que cubro, siempre.

