Rugby
De patear en las H de Concordia a ser el goleador del TRL
Tomás Burna terminó una temporada histórica en la que dejó su huella en Alma Juniors y en el rugby del litoral.
En el barrio de La Bianca, los potreros fueron su primera cancha. Probó fútbol y básquet, pero eligió el rugby, y pronto las H del campo se convirtieron en su desafío constante. Con ganas de aprender, Tomás Burna fue creciendo hasta convertirse en el goleador del Torneo Regional del Litoral. Su historia no conoce atajos ni casualidades; está construida con constancia, sacrificio y un profundo amor por la camiseta que defiende.

Formado en el Club Los Espinillos, desde los primeros entrenamientos mostró una dedicación que desbordaba su edad. Llegaba antes, se quedaba después, y siempre buscaba perfeccionar cada pase, cada pateo. Hoy, esos años de esfuerzo se reflejan en la cancha: precisión, calma y el poder de transformar un tiro en puntos que definen partidos.

Goleador del Torneo Regional del Litoral
El año de Alma Juniors fue intenso, vibrante y cargado de emociones. Los 245 puntos, los 3 tries y los 52 penales de el “Ruso” no son solo números; son la historia de tardes de sol, de partidos cerrados, de decisiones difíciles y de triunfos compartidos. Entre esos momentos se destacan los 31 puntos que convirtió contra Universitario de Santa Fe o los penales decisivos frente a Provincial y Tilcara, que abrieron victorias y sonrisas.
En la tabla de goleadores, Burna se quedó con el primer lugar, seguido por Pedro González Fresnada de Universitario de Rosario, con 218 puntos, y Giuliano Francescangeli de Duendes, quien finalizó tercero. Este podio refleja no solo la calidad individual de cada jugador, sino la intensidad y el nivel del Torneo Regional del Litoral.

Pero también quedó el sabor amargo de la semifinal por el ascenso, esa sensación de quedarse a un paso de un objetivo que transforma a cualquier jugador en alguien más humano y más fuerte. “Quedarse con ese trago amargo duele, pero sirve para valorar lo que logramos y seguir trabajando”, reconoce Burna, con la humildad que lo caracteriza.
Un año en el que levantó una copa
Fuera del TRL, la alegría fue completa: Alma Juniors volvió a levantar la Copa Santa Fe, bicampeonato incluido, y Tomás fue protagonista de una tarde inolvidable. En la cancha, levantando la copa junto a sus compañeros, pudo sentir que todo el sacrificio valió la pena.

Su recorrido no se limita a estos logros. Debutó en primera con 19 años en Los Espinillos, ganó torneos provinciales, fue parte de la Selección de Entre Ríos y hasta vivió una experiencia internacional en Brasil, en Bandeirantes Rugby Club. Cada paso fue un ladrillo más en la construcción de un jugador que hoy inspira respeto y admiración.
En definitiva, su historia es un recordatorio de que los sueños de barrio pueden llegar muy lejos, que el sacrificio tiene recompensa y que el rugby, más que un deporte, es un territorio donde la humildad marca la diferencia. Cuando su pie golpea la pelota, no solo suman los puntos; suman las memorias de un pibe de barrio que supo soñar, luchar y dejar su marca en la historia del rugby del litoral.








