Pool
De las apuestas y bares al deporte técnico
Es el juego de mesa más popular del mundo, pero su faceta profesional exige física, geometría y concentración. En Entre Ríos, la actividad está regulada.
Casi todos han jugado al pool alguna vez en una salida nocturna. Sin embargo, lo que la mayoría conoce como un pasatiempo relajado es, en realidad, la versión recreativa de un deporte extremadamente técnico. El pool competitivo (o billar de troneras) no se trata de golpear fuerte, sino de controlar la bola blanca con precisión milimétrica, calcular ángulos complejos y planificar jugadas con cuatro tiros de anticipación. Es una disciplina mental y física que cuenta con ligas profesionales y campeonatos mundiales.

El origen de las apuestas
El juego de billar con troneras surgió en Inglaterra durante el siglo XIX. Curiosamente, la palabra “pool“no se refería originalmente al juego, sino a las apuestas colectivas (un “pozo” de dinero) que se hacían en las carreras de caballos. Como las mesas de billar solían estar en los mismos salones donde se hacían estas apuestas para pasar el tiempo entre carreras, el juego terminó adoptando el nombre del lugar: las “pool rooms“. Con el tiempo, se regularizó el equipamiento y nacieron las modalidades modernas.

Bola 8, 9 y 10
A diferencia del casín (que no tiene agujeros), el pool se juega en una mesa con seis troneras y 16 bolas. Existen tres modalidades competitivas principales:
- Bola 8: es la más clásica. Un jugador va por las lisas (1-7) y el otro por las rayadas (9-15). Gana quien emboca todas sus bolas y finalmente la negra (8). En el nivel profesional, se debe mencionar cada tiro.
- Bola 9: considerada la más dinámica y rápida. Se juega con las bolas del 1 al 9. El objetivo es embocar la 9, pero la regla es que siempre se debe golpear primero a la bola con el número más bajo que esté en la mesa. Si entra de casualidad, también vale.
- Bola 10: es similar a la Bola 9 (se juega con bolas del 1 al 10 y hay que pegarle siempre a la de menor número), pero con la diferencia de que todos los tiros deben ser anunciados. Si una bola entra por suerte o en una tronera distinta a la avisada, no cuenta y el turno pasa al rival. Actualmente, es la modalidad preferida por los profesionales porque elimina el azar.
La entidad que regula la disciplina a nivel global es la Asociación Mundial de Billar y Pool (WPA), fundada en 1987. Es la encargada de estandarizar las reglas y organizar los circuitos mundiales de Bola 8, Bola 9 y Bola 10, eventos que reparten premios millonarios y se transmiten por televisión en todo el mundo.

Aunque se juega en todo el planeta, el dominio del pool profesional se divide en dos grandes lugares. Por un lado, Estados Unidos, cuna del juego moderno y el marketing. Por el otro, Asia, con Filipinas y Taiwán, que producen jugadores de una precisión robótica. En Europa, países como Alemania y Gran Bretaña también son potencias.
Historia y presente argentino
El deporte está regulado oficialmente por la Federación Argentina de Aficionados al Billar (FAAB). El pool argentino tiene su propia gloria dorada: el hito máximo ocurrió en 1992, cuando el rosarino Jorge Llanos viajó a Taiwán y se consagró Campeón Mundial de Bola 8 tras vencer a los locales en su propia casa.

Hoy, la bandera argentina sigue flameando en el exterior gracias a una generación de jugadores de élite que compiten en los circuitos panamericanos y mundiales. El más reconocido es Ariel Casto, múltiple campeón nacional. Cabe resaltar que en 2019 logró un cuarto lugar en el BCA Pool League World Championships que se disputó en Las Vegas, Estados Unidos donde participaron más de 6000 jugadores en 260 mesas con siete modalidades.

La movida en Entre Ríos
El deporte está organizado y en crecimiento. La entidad que regula la actividad es la Asociación Civil Entrerriana de Billar (ACEB). Esta asociación fiscaliza el Torneo Entrerriano de Pool, que recorre diferentes ciudades y recientemente se definieron en Concepción del Uruguay los mejores de la temporada en la categoría Superior. El nuevo campeón es Ariel Chabeuf, segundo lugar para el paranaense Claudio Pasutti, medalla de bronce para Alberto Junker y la cuarta posición la obtuvo Nahuel Albornoz de Ramírez.









