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Fútbol

Urribarri reconoció que “hay sondeos” de otros clubes y que fue “muy gratificante” el paso por Corinthians

Aún en San Pablo, hizo un balance, confirmó que seguirá con Ramón y Emiliano Díaz y contó una anécdota increíble.

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Bruno Urribarri cierra la comunicación con Emiliano Díaz y se dispone a dialogar, tecnología mediante, con “3200, el código del deporte”. Una vez más, se establece la comunicación entre San Pablo, la ciudad más poblada de Brasil (con casi 12 millones de habitantes) y Concordia. 

Las charlas entre los integrantes del cuerpo técnico que encabezan Ramón y Emiliano Díaz son constantes, frenéticas. Pasaron 8 días desde que fueron desvinculados de Corinthians, con el que fueron campeones del Campeonato Paulista el 27 de marzo último. Así, Ramón Díaz se convirtió en el entrenador argentino con más títulos en la historia (suma 17, es decir 1 más que Helenio Herrera). 

A continuación, ese mano a mano que el exjugador de Boca, River, Colón y Patronato, entre otros, mantuvo con @3200deportes (video disponible también en nuestro canal de Youtube, al que te invitamos a suscribirte). 

-¿Cuál es el balance que ha hecho el cuerpo técnico, en términos generales, y vos, en lo personal?

-La verdad que el balance grupal ya está concluido. En algún punto es muy muy gratificante. Quizás las primeras horas, cuando llegó la noticia un poco de sorpresa, un poco de ese sentimiento de injusticia quizás, pero una vez que fueran pasando las horas el reconocimiento de la gente (ya sea por redes sociales o en la calle que le ha tocado recibir a Emiliano y Ramón) han sido muy hermosos, notorios y dejaron un buen recuerdo que, en definitiva, habla del proceso, más allá de que sea una decisión dirigencial de un cambio de rumbo que quería tener con el cuerpo técnico.

Hay un trabajo realizado que es innegable, que los números van a estar, que el cariño del grupo de todo el staff, de los jugadores y tanta gente que trabaja ahí. Te lo hacen saber así que nosotros nos fuimos muy tranquilos, muy contentos. 

Después, analizando el ciclo en orden a lo competitivo y a lo futbolístico y la toma de decisiones, seguramente van a venir las autocríticas y el proceso de desglose que nos va a llevar a otro tipo de conclusiones, pero la primera sensación es muy gratificante, realmente.

-En la pantalla gigante del estadio, uno de los más modernos de Brasil, se proyectó un cartel que decía ‘Gracias’ y estaban todos ustedes, los integrantes del cuerpo técnico. No es tan frecuente eso y habla muy bien del trabajo. ¿Fue así la despedida?

-Ese tipo de pequeños gestos que mencionás, realmente son hermosos porque, más allá de lo que haya acontecido en orden a lo deportivo, a lo competitivo, fueron casi 9 meses, 60 y algo de partidos. Es una locura el nivel de competitividad e intensidad que hay.

Más allá de los números, las estadísticas son las estadísticas, siempre está el aspecto humano, lo que vos dedicás a tu lugar de trabajo, cómo dedicás tu energía y eso me parece que es lo que redondea el proceso que tuvimos nosotros y nos permite irnos de esa manera.

Sinceramente, vuelvo a decir lo de la gente porque la imagen en el estadio que ya estaba casi colmado y los aplausos de la gente también, todo ese reconocimiento del torcedor que maneja unos niveles de intensidad que es impresionante.

Nosotros, de todos los partidos que jugamos de local (fueron algo así como 34), nunca jugamos con menos de 42.000 personas en un estadio que entran 46.000, o sea, prácticamente todos los partidos a estadio lleno y con gente alentando y exigiendo. El torcedor acá es así: ‘como te doy, te exijo’.

Y que esa masa de gente, que no se resume al estadio, sino que Corinthians tiene 35 millones de personas y en su gran mayoría están muy agradecidos con el proceso y, como te dije, para nosotros es gratificante y nos permite irnos con tranquilidad.

-A la hora de analizar el paso por Corinthians, ¿considerás que el punto más alto del equipo fue cuando salieron campeones del Paulista (consiguió su título 31 en uno de los estaduales más fuertes de Brasil) y, viendo el vaso medio vacío, hay que mencionar cuando quedaron a las puertas de la fase de grupo de la Copa Libertadores (2-3 quedaron abajo ante Barcelona de Ecuador) en la tercera ronda preliminar?

-Sí, no tengo dudas que va por ahí el análisis. El vaso medio lleno es que Corinthians volvió a salir campeón, después de 6 años. Para un club tan grande es mucho tiempo y, sinceramente, hicimos un Estadual, de punta a punta, excelente con números muy buenos y ganándole la final al clásico rival.

Sin dudas, lo del Paulista fue coronar tanto trabajo, porque esto viene desde julio cuando asumimos donde el club estaba en un momento muy delicado y, en tan poco tiempo, tener la posibilidad de coronar tanto trabajo con un título. A veces, pasa esto en el fútbol: vos podés planificar, llevar a cabo todo tu plan de acción, pero si la pelota no entra, no entra y es como que el trabajo está, pero se puede diluir.

Y sí, en el debe sin duda que quedó ese trago amargo. Fíjate que nosotros, para lograr entrar a la Copa Libertadores, por más que sea fase previa, tuvimos una racha histórica el año pasado. De estar en puesto de descenso, terminamos en el séptimo lugar con nueve victorias consecutivas. Batimos un récord y, de repente, pasamos la primera etapa contra un equipo venezolano y la segunda, que era la última puerta de entrada de la fase de grupo, un partido malo, pero malo que cuando te sale todo mal, perdés 3 a 0 con Barcelona en Ecuador y se hace todo cuesta arriba.

Así y todo, estuvimos en serie en todo momento. Ganamos 2 a 0 del local acá y estuvimos muy cerca de llegar a los penales, pero eso para Corinthians y para nosotros también (lo supimos desde el momento que no accedimos a la fase de grupo) iba a ser un error que iba a quedar y, bueno, en mi análisis también coincido con el tuyo que va por ahí.

-El cuerpo técnico que integrás, los rivales que enfrentás y el título que consiguen. ¿Sos consciente de eso? ¿Podés bajar a tierra y decir: ´che, mira, qué privilegio o que buena oportunidad que estoy teniendo’? 

-Sí, sin duda. En todo momento. El otro día, hablando con mi novia acá yo le decía que me iba tranquilo porque ese sentimiento es muy palpable de decir: ‘Che ¿cuánto te reprochabas? ¿Qué tanto crees que podrías haber hecho?’ Y yo siento que particularmente di todo y también fueron las palabras que utilicé en nuestro grupo de trabajo: ‘muchachos, dimos todo’.

Hicimos algo realmente muy valioso y lo dije en el instante que la noticia estaba tomando fuerza, de que nos teníamos que ir. Con esa sorpresa que tenían los demás y todo les digo: ‘paremos, o sea, miremos y todos traslademos esa tranquilidad’. A mí me pasó de valorar todos los días donde estuve.

Tengo esa capacidad de conciencia trabajada para ingresar al predio durante los casi 9 meses y, en algún momento del día, estar agradeciendo del lugar que ocupaba y ese mismo agradecimiento se traslada en energía y en capacidad de hacer de aprender porque en definitiva tanto yo como Ramón Díaz, hasta el último día de su vida, puede ir aprendiendo y creciendo en lo que hace.

Así que sí, gracias a Dios hoy yo también tengo esa ventana abierta en mí mismo como para valorar, agradecer, cuidar y tratar de crecer en lo que hago porque, en definitiva, si estuviera haciendo otra actividad también lo haría así. Lo tengo como una forma de ser.

-¿Vas a seguir trabajando en el mismo cuerpo técnico, esperando otra oportunidad, sigue latente la oportunidad de seguir ahí en Brasil? ¿Qué pista nos podés tirar sobre el futuro? 

-Sí, ya hay sondeos y, obviamente, Emiliano y el manager del del grupo se están encargando de todo eso. Nosotros, alertas y trabajando. Nosotros ya estamos desglosando los 60 y pico de partidos para ver todos los cambios que realizamos, cómo está la toma de decisiones del grupo de trabajo durante los partidos y demás y después llegará el momento de decir: ‘Che, está esto que vamos a ir trabajando’, pero sí hay cosas dando vueltas porque Brasil, en ese sentido, es una liga muy competitiva y de mucho recambio.

Ahora cuando arrancó el año, vos tenías a Mano Meneses dirigiendo Fluminense y Renato Gaucho, que son dos históricos, dirigiendo Gremio. Ahora están intercambiando técnicos, en menos de cinco fechas. También, se fue el técnico de Santos y la imagen del grupo de trabajo nuestro ha tomado un crecimiento importante.

Yo me considero parte del grupo, sin dudas, y eso seguirá siendo así. Después, el correr de estos días, semanas, dirá si seguimos a este nivel competitivo, si Ramón tiene ganas de volver a la zona del Golfo, donde también es un mercado que ha tenido buenos resultados. Lo que sea, será una nueva experiencia.

-¿Cómo mira el que le gusta el fútbol en Brasil a lo que pasa con su selección y la nuestra?

-Te voy a contar algo que no lo vas a poder creer, ni mis amigos cuando se lo conté, imagino que tampoco la gente que esté escuchando.

A mí me tocó ver Argentina – Brasil, esa exhibición de fútbol, en un restaurante argentino acá que queda en nuestro barrio. Nos hicimos amigos del dueño que nos abrió las puertas desde el día 1. Él ya ha tenido la experiencia del mundial, de juntar la comunidad argentina y conectar con la tierra que, si bien no es tan lejana, a veces el desarraigo cuesta. 

El restaurante estaba repleto, te estoy hablando de 200 personas, de las cuales me sorprendió que había un 70% de gente brasileña y un 30% de argentinos. Pero todos hinchados por Argentina. Entonces, yo me encontré con muchas personas brasileñas, con niños brasileños, con la remera de Messi, mirando Argentina – Brasil, en Brasil, pero hinchando por Argentina.

Yo te juro que, de verdad, no lo podía creer y les decía: ‘o sea, tenés un pariente en Argentina, viviste cuántos años en Argentina’. Y eran paulistas, increíble.

Se da, creo yo, por dos factores: la hipótesis clásica de tomarse todo más liviano. En Argentina convengamos que esto no podría pasar. Esa forma liviana de tomar y admirar el fútbol hace que hoy todas las luces lleven a Messi, Argentina, a ese equipo que juega tan bien.

Están siendo muy críticos con la selección, con la falta de liderazgo, con la falta de conectar con la identidad brasileña. Ahora, todavía no cerraron el nuevo entrenador. Entonces, se juntan esos dos factores que me hicieron vivir una experiencia que jamás pensé que podía vivir.

-¿Cómo vive el pueblo brasileño (que además tuvo la suerte de recibir al Papa Francisco), por lo menos la gente ahí de Sao Paulo donde estás, la noticia del fallecimiento del Papa?

-Brasil de por sí es un pueblo muy muy creyente, muy volcado a la fe. Las redes sociales fueron tremendas con la noticia. Sin duda, acá también es una noticia que atravesó al pueblo así. La gente vuelca en la fe muchas cuestiones de su vida así que ahora transita con todo el respeto que eso merece la pérdida de su máximo líder a nivel espiritual.

-Antes de finalizar, ¿querés enviar algún mensaje a Concordia, su gente, tu familia?

-Tuve el placer de enfrentar a Lucas Marcogiuseppe por la Copa Sudamericana. Me quedé con la espina porque nos ganaron y dije yo: ‘Bueno, tranquilo, en Buenos Aires vamos a hacer un gran partido y le vamos a ganar’, pero no vamos a tener la posibilidad de estar allá. No vamos a tener revancha. 

Un saludo muy grande para todos. Yo quiero andar por la ciudad, en breve, para disfrutar de mis hijas también. Gracias a ustedes por estar siempre pendiente del proceso del Timao, que realmente fue maravilloso.

-Con vos, el Timao sumó un simpatizante más.

-Es que lo vivido fue muy grande, muy lindo y esto lo hemos hablado también con Emiliano y Ramón. Emiliano quedó muy muy movilizado con todo lo que se generó, incluso con la despedida, así que quien te dice algún día también podamos volver y tener otra experiencia acá que sería maravilloso, sin dudas.