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Rugby

Alma de Capitana

María Paula Pedrozo lidera a Las Yaguaretés con una mezcla de garra, humildad y pasión por el rugby.

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Nacida en Concordia, criada en Eldorado (Misiones) y actualmente radicada en Buenos Aires, María Paula Pedrozo o “Pula”, como la conocen en el mundo del rugby es la actual capitana de Las Yaguaretés, la selección argentina femenina de rugby seven.

En una charla distendida, en el marco del programa 160 de 3200, el código del deporte, grabado en la peatonal de Concordia frente a Cadillac & Raffaelli, Pedrozo repasó su historia con la ciudad y su presente como referente nacional del deporte.

“Siempre vuelvo con mucho cariño”, expresó sobre Concordia. “Ahora que estoy más cerca, cada fin de semana largo es una excusa para escaparme y disfrutar de mi abuela y de estas calles que me vieron crecer”. Ese mismo día, además, estaba celebrando el cumpleaños de su “nana”. Una fecha especial que coincidió con la propuesta de 3200 sale a la calle, sumando aún más emociones a su regreso.

Del silencio al liderazgo

El camino de Pedrozo en el rugby comenzó en Misiones, pero fue creciendo a fuerza de constancia, talento y trabajo. Su evolución no fue solo deportiva, sino también personal. “Antes era muy introvertida. Nadie me lo cree ahora, pero el rugby me ayudó a desarrollarme como persona, a soltarme, a poder comunicarme mejor”, contó.

Esa transformación no solo se tradujo en la cancha, sino también en su vida académica y profesional ya que “Pula” es licenciada en Kinesiología y Fisiatría, y combina su pasión por el juego con el compromiso de cuidar y sanar.

Hoy, como capitana de la selección nacional, destaca no solo por sus habilidades técnicas, sino también por su capacidad de inspirar, sostener y motivar a sus compañeras. “Creo que eso me colocó en uno de los lugares más importantes que una jugadora puede tener. Cuento con el respeto y el apoyo de todas las chicas, y eso es fundamental”.

Rugby como camino

Desde 2015, Pedrozo defiende con orgullo la camiseta de Las Yaguaretés. “El rugby me abrió muchas puertas”, dijo, y no se refiere solo a viajes o torneos. “Me permitió conocer distintas realidades, clubes, personas. Todo eso te enriquece”.

Su paso por clubes como Carayá (Misiones), Centro Naval y La Salle (Buenos Aires) también fue clave. Sobre este último, fue contundente: “Me devolvió las ganas de jugar. Después de la pandemia, había entrado en un receso, y en La Salle recuperé la motivación, me volví a poner objetivos grandes”.

Aunque muchos la imaginan probando la modalidad de rugby 15, su corazón está con el seven: “Es la modalidad que desarrollamos al cien por ciento desde que empezamos. Es muy dinámica, explosiva, con partidos impredecibles. Me atrapó desde el principio”.

El crecimiento del rugby femenino

Consultada sobre el presente del rugby en Concordia y en Entre Ríos, Pedrozo valoró el crecimiento sostenido de los últimos años, aunque también fue crítica: “Hoy estamos en una especie de meseta. Faltan jugadoras, y nos gustaría tener una base más amplia”.

Para revertir ese estancamiento, apuesta a la visibilidad: “Cuanto más se vea lo que hacemos en la selección, más chicas se animan. Saber que se puede llegar a representar al país, que no es algo imposible, motiva muchísimo. Por eso siempre que puedo invito a que se sumen, que se animen a probar este deporte hermoso”.

No podía faltar una mención a otro gran embajador del rugby local: Marcos Kremer. “Es uno de los mejores jugadores que tiene la Selección Argentina. Lo conocí cuando estaba en Jaguares, y verlo ahora en Los Pumas es un orgullo. Tiene una gran destreza defensiva, mucha presencia y es un referente total”.

Su encuentro con el básquet

En medio del especial “3200 sale a la calle”, y casi como una señal del destino, Pula se reencontró con uno de sus primeros amores deportivos: el básquet. No dudó en tomar la pelota y tirar al aro instalado en la peatonal, como parte de los juegos recreativos coordinados con la colaboración de Redes Argentinas. Un momento simple pero cargado de nostalgia, que recordó sus inicios y el largo camino que la llevó hasta el alto rendimiento en otro deporte de equipo.

Una clínica con impacto local

El regreso de Pedrozo a Concordia no fue solo por afecto personal sino también vino con un propósito. En la tarde de ese mismo día, encabezó una clínica de rugby en Palmeras Rugby Club, junto al equipo femenino, en la costanera local.

“La idea fue compartir un entrenamiento, dar una charla y que sea una experiencia enriquecedora para todas. Es la primera vez que participo de algo así en mi ciudad y lo viví con mucha emoción. Ojalá sirva para seguir generando entusiasmo y sumar nuevas jugadoras al rugby femenino”.

María Paula Pedrozo no solo representa a Concordia en la selección nacional, sino que representa a una generación de mujeres que abren camino en un deporte históricamente masculino, que rompen moldes y construyen desde la entrega, la pasión y el ejemplo. Fue un orgullo para todo el equipo de tenerla en vivo en el programa de 3200 Radio y de revivir en una mañana mágica su historia de vida.