Rugby
Camino a la Plata
El seleccionado entrerriano de rugby conquistó la copa de plata con fuerte presencia de Los Espinillos y Salto Grande.

La participación del seleccionado M16 de la Unión Entrerriana de Rugby en el torneo Desarrollo Norte, que se disputó en Junín entre el 12 y el 14 de septiembre, dejó un saldo altamente positivo. Fueron campeones de la copa de plata y una señal clara de evolución deportiva que contó con el aporte de los jugadores de Los Espinillos y Salto Grande, dos clubes de Concordia que fueron protagonistas en el armado del plantel.
En un certamen que reunió a los mejores talentos del interior del país, Entre Ríos se posicionó como uno de los conjuntos más sólidos y organizados. Tras superar a Salta por 21-5, el combinado provincial tropezó ante Oeste (0-12), pero logró reponerse con autoridad ya que venció a Tucumán 15-0 en semifinales y le ganó una final muy ajustada a Córdoba por 11-7, quedándo con la medalla plateada. A su vez, la de oro la ganó la URBA y Misiones se llevó el bronce.

Aporte clave de Los Espinillos y Salto Grande
El plantel entrerriano contó con 10 convocados de Concordia, cinco de Los Espinillos y cinco de Salto Grande, una cifra que marca el desarrollo que están alcanzando ambos clubes en el semillero de la provincia.
De Los Espinillos fueron convocados Bautista Scattone, Lucas Murgan, Lautaro Cariaga, Tiago Rodríguez y Ezequiel Fols. Por parte de Salto Grande, integraron el seleccionado Bautista Obertti, Salvador Russo, Guillermo Calero, Justo Solá y Pedro Mariño.

La delegación se completó con representantes de diferentes puntos de la provincia: Valentino Rojas, Valentino García, Bautista Casabal, Juan Manuel Nóbile, Bernabé Fernández, Manuel Martín Manzanares y Manuel Holgado, todos del Club Carpinchos (Gualeguaychú); Juan de la Cruz Álvarez de Colón RC; Lorenzo Torres Schimpf, Juan Ignacio Fiordomo, Santino Marcel López y Ramiro Martínez Uncal de CUCU (Concepción del Uruguay); Enzo Chiarelli y Cruz Benegas Lynch de La Paz RC; y Juan Albornoz de Libertad RC.

El cuerpo técnico estuvo integrado por Walter Montiel (head coach), Juan Ignacio Dalbes (head coach), Agustín Valiente (asistente técnico), Antonella Silveira (preparadora física) y Pablo Valiente (manager).

La mirada de Montiel y Dalbes
Desde 3200, el código del deporte, dialogamos en exclusiva con Walter Montiel y Juan Ignacio Dalbes, entrenadores del seleccionado M16 entrerriano. Ambos compartieron una mirada profunda sobre el proceso, los criterios de elección, las dificultades logísticas y el crecimiento del rugby de base en la provincia.
En cuanto a los criterios de convocatoria, Montiel explicó que la selección de jugadores parte de una base simple: “Llevar a los mejores jugadores disponibles del interior de la provincia. Al mismo tiempo se intenta integrar camadas, este año llevamos 6 chicos que pueden repetir el año próximo, tratando de estabilizar los procesos y que no sean 100% de cero”. En la misma línea, Dalbes agregó que “buscamos con Walter evaluar siempre desde lo deportivo a los mejores, pero muy en paralelo con lo humano: lo que hacen en el día a día, en el trabajo invisible, en los clubes, con el respeto en general y en la unión grupal como prioridades”.

Sobre el trabajo previo al torneo, Montiel detalló la planificación del año: “Dividimos el calendario por etapas, con entrenamientos cada 15 días en los polos sur y norte. A medida que se acerca la competencia, se achica la cantidad de jugadores con los que se trabaja, y ya con un seleccionado definido, se entrena más detalladamente en las semanas finales”. Dalbes complementó explicando que “intentamos tener una organización clara y ordenada de fechas para poder encontrarnos. Las distancias entre los clubes dificultan poder reunirnos todos, salvo en instancias de polos locales. A partir de esas fechas fuimos estructurando los entrenamientos y definiendo progresivamente qué contenidos trabajar para que los chicos lleguen preparados a un torneo corto y con rivales muy diversos”.
Desempeño en el torneo
En cuanto al rendimiento, ambos entrenadores coincidieron en destacar el compromiso y la evolución del grupo. Para Montiel, lo más importante fue que el torneo logró reunir a jugadores del “interior profundo del país” y que eso exige sortear obstáculos reales: “En nuestro caso las distancias no nos permiten entrenar más seguidos todos juntos, cosa a la que apuntamos. Nuestro equipo, gracias a la idea de entrelazar camadas, trae consigo cierta estabilidad y un crecimiento desde el juego en sí. También es de destacar lo humano: este grupo logró una mancomunión e integraciones admirables”. Dalbes, por su parte, subrayó “el corazón con el que el equipo defendió y se ganó el lugar para hacerse victorioso con el correr de los minutos, desarrollando poco a poco nuestro juego. Esta unión vino desde lo grupal, desde todo lo que se fue generando durante el proceso y el torneo, y también por la personalidad de los chicos”.

Finalmente, hablaron sobre el estado del rugby entrerriano. Montiel fue claro al señalar que “la mayor deficiencia de nuestro rugby doméstico es la estructura de los clubes, desde el recurso humano. Los jugadores están y permanecen en tanto y en cuanto los entrenamientos sean de calidad, la competencia sea asidua y se sostengan procesos. Nuestro seleccionado es el fiel reflejo de nuestra realidad. No estamos lejos del nivel al que apuntamos, pero queda muchísimo trabajo por delante”. Dalbes, en sintonía, apuntó que “hay que valorar el nivel que tenemos en la provincia, ya que muchos jugadores se destacan en clubes de primer nivel. Con un buen trabajo desde las bases, se puede construir el futuro que necesitamos. Nuestro entorno muchas veces no está en condiciones, desde lo institucional o deportivo, para abrazar y potenciar a esos jugadores, pero eso es justamente lo que hay que mejorar”.
Un reflejo del trabajo colectivo
La actuación del seleccionado entrerriano no solo entrega una copa, sino que también funciona como diagnóstico y promesa. La integración regional, el compromiso de los clubes y la planificación del cuerpo técnico se conjugan en un modelo que muestra que el rugby juvenil de Entre Ríos está en pleno crecimiento. En ese camino, Los Espinillos y Salto Grande juegan un papel cada vez más protagónico.